Así se inicia la novela de Juan Marsé Últimas tardes con Teresa presentándonos
a su protagonista, el Pijoaparte,
Manolo Reyes, y situándola en un tiempo, la
verbena de San Juan del 1956 y en un espacio muy concreto y determinado, el
barrio de El Carmelo.
Nosotros seguiremos los pasos de su protagonista, el Pijoaparte, la representación del tipo de de la clase baja y marginada que aspira a conseguir su sueño de prestigio social a trevés de Teresa, la bella estudiante hija de la burguesía. Estos amores tienen como marco la Barcelona de los años 50 , buscaremos los rincones que se esconden en la novela. Pero antes de veremos algunos aspectos del autor y de la obra.
- BIOGRAFÍA DEL AUTOR.
- ENTREVISTAS EN LA PRENSA:
- El Mundo
- La Vanguardia (11/02/2015): "Me habría encantado descender de piratas"
- El País (04/12/ 2005):El Pijoaparte' sería hoy un inmigrante del Magreb"
- Juan Marsé y la literatura: Texto íntegro del discurso de Juan Marsé en la ceremonia deentrega del Premio Cervantes.
Portada de la edición de Seix Barral |
- LA NOVELA: Últimas tardes con Teresa
LA BARCELONA DE MARSÉ:
Ahora iniciaremos nuestro paseo por las calles de El Carmelo, en la novela no solo aparece este lugar, son múltiples los escenarios por los que se mueve nuestro protagonista, él no lo hace a pie, va motorizado y si no dispone en ese momento de moto no duda en robarla. Así va desde lo alto de los barrios periféricos a San Gervasi, La Rambla, la universidad, incluso Blanes, pero nosostros centraremos nuestro paseo en el espacio más emblemático El Carmelo.
Iré explicando los puntos de interés y relacionándolos con fragmentos de la obra:
«El Monte Carmelo es una colina desnuda y árida situada al noroeste de la ciudad. Manejados los invisibles hilos por expertas manos de niño, a menudo se ven cometas de brillantes colores en el azul del cielo, estremecidas por el viento y asomando por encima de la cumbre igual que escudos que anunciaran un sueño guerrero.» PÀG 37
«La colina se levanta junto al Parque Güell, cuyas verdes frondosidades y fantasías arquitectónicas de cuento de hadas mira con escepticismo por encima del hombro, y forma cadena con el Turó de la Rubira, habitado en sus laderas, y con la Montaña Pelada.» PÀG 38
«(…) En los grises años de la posguerra, cuando el estómago vacío y el piojo verde exigían cada día algún sueño que hiciera más soportable la realidad, el Monte Carmelo fue predilecto y fabuloso campo de aventuras de los desaparrados niños de los barrios de Casa Baró, del Guinardó y La Salud.» PÀG 37
PUNTOS DE LA RUTA:
Biblioteca ELCarmel- Juan Marsé
La Biblioteca El Carmel- Juan Marsé de Biblioteques de Barcelona, esta
especializada en Novela barcelonesa contemporánea desde que se inauguró en el año 2003. Cuenta con una amplia colección de documentos, de todos los ámbito de la ciudad de Barcelona.
2. RAMBLA DEL CARMEL. C/ LLOBREGÓS.
Monumento David y Goliat
Podemos ver el monumento dedicado a las Brigadas internacionales llegadas de todos los lugares del mundo para defender la República, inaugurado en 1988, obra de Roy Shifrin, conocido con el nombre de David y Goliat.
Desde aquí podemos ver el punto más elevado del turó de la Rovira, con los restos de las baterías antiaéreas que sirvieron de defensa de la ciudad durante los bombardeos facistas de la Guerra Civil. A partir de 1948 fueron ocupadas por las barracas.
Bunquers de El Carmel
«Un viejo cañón antiaéreo disparando desde lo alto del Carmelo y haciendo retumbar los cristales de las ventanas de todo el barrio (entonces, cuando la guerra, vivía en la barriada de Gracia, y al horrendo cañón aquel, la gente lo llamaba “el abuelo”).»
En este enlace encontraréis más información: MUHBA Turó de la Rovira.
Nosotros no subiremos, queda un poco apartado, pero es una visita muy recomendable.
"Acaba de salir de su
casa, que forma parte de un enjambre de barracas situadas bajo la última revuelta,
en una plataforma colgada sobre la ciudad: desde la carretera, al acercarse, la
sensación de caminar hacia el abismo dura lo que tarda la mirada en descubrir
las casitas de ladrillo. Sus techos de uralita empastados de alquitrán están
sembrados de piedras. Pintadas con tiernos colores, su altura sobrepasa apenas
la cabeza de un hombre y están dispuestas en hileras que apuntan hacia el mar,
formando callecitas de tierra limpia, barrida y regada con esmero. Algunas
tienen pequeños patios donde crece una parra. Abajo, al fondo, la ciudad se
estira hacia las inmensidades cerúleas del Mediterráneo bajo brumas y rumores
sordos de industrial… La casa del muchacho es la segunda de la hilera de la derecha,
al borde de las últimas estribaciones de la colina. Vive con su hermano mayor y
su cuñada y cuatro chiquillos endiablados. La casa fue del suegro, un viejo
mecánico del Perchel, que llegó aquí con su hija en una de las primeras grandes
oleadas migratorias de 1941, después de perder a su mujer y haber podido salvar
los útiles de trabajo y algunos ahorros. Construyó la casita con sus manos y
compró un pequeño cobertizo en lo alto de la carretera, entre una panadería y
lo que hoy es el bar Pibe, convirtiéndolo en taller de reparación de
bicicletas."
3. C/ PEDRELL/P.FONT MULASSA. CASES UNIFAMILIARS.
«Antes de la guerra, el Carmelo y el Guinardó se componían de torres y casitas de planta baja: eran todavía lugar de retiro para algunos aventajados comerciantes de la clase media barcelonesa. Pero se fueron. Quién sabe si al ver llegar a los refugiados de los años cuarenta, jadeando como náufragos, quemada la piel no sólo por el sol despiadado de una guerra perdida, sino también por toda una vida de fracasos, tuvieron al fin conciencia del naufragio nacional, de la isla inundada para siempre, del paraíso perdido que este Monte Carmelo iba a ser en los años inmediatos"».
Casa unifamiliar calle Pedrell
Viviendas unifamiliares. Este grupo de
tres casas de aire modernista es el único conjunto homogéneo que se conserva en
el barrio. Datan de 1910, aunque fueron remodeladas más adelante.
Hasta los años cincuenta, el Carmel fue
el clásico barrio de las casetas y los huertos , pero la llegada en masa de la
inmigración cambió completamente la fisonomía: las primeras edificaciones
-torres de planta baja o de planta baja y un pistas se construyeron a partir de
la avalancha migratoria de 1929. En 1875 se empezaron a edificar las primeras
torres . Los terrenos pertenecían mayoritariamente a Alexandre Bacardí,
promotor del barrio como lugar de recreo. Iba gente de toda Barcelona, e
incluso se promocionaron terrenos bien baratos entre sociedades obreras.
«Para la señora Serrat, el
Monte Carmelo era algo así como el Congo. Un país remoto e infrahumano, con sus
leyes propias, distintas. Otro mundo.»
Por una calle con mucho desnivel, el de la Conca de Tremp, subimos hasta la Carretera de El carmel. En una esquina nos encontraremos el bar Delicias.
4. Bar Delicias.
Bar Delicias en la actualidad
Biblioteca ELCarmel- Juan Marsé |
La Biblioteca El Carmel- Juan Marsé de Biblioteques de Barcelona, esta
especializada en Novela barcelonesa contemporánea desde que se inauguró en el año 2003. Cuenta con una amplia colección de documentos, de todos los ámbito de la ciudad de Barcelona.
2. RAMBLA DEL CARMEL. C/ LLOBREGÓS.
Monumento David y Goliat |
Podemos ver el monumento dedicado a las Brigadas internacionales llegadas de todos los lugares del mundo para defender la República, inaugurado en 1988, obra de Roy Shifrin, conocido con el nombre de David y Goliat.
Desde aquí podemos ver el punto más elevado del turó de la Rovira, con los restos de las baterías antiaéreas que sirvieron de defensa de la ciudad durante los bombardeos facistas de la Guerra Civil. A partir de 1948 fueron ocupadas por las barracas.
Bunquers de El Carmel |
«Un viejo cañón antiaéreo disparando desde lo alto del Carmelo y haciendo retumbar los cristales de las ventanas de todo el barrio (entonces, cuando la guerra, vivía en la barriada de Gracia, y al horrendo cañón aquel, la gente lo llamaba “el abuelo”).»
En este enlace encontraréis más información: MUHBA Turó de la Rovira.
Nosotros no subiremos, queda un poco apartado, pero es una visita muy recomendable.
"Acaba de salir de su
casa, que forma parte de un enjambre de barracas situadas bajo la última revuelta,
en una plataforma colgada sobre la ciudad: desde la carretera, al acercarse, la
sensación de caminar hacia el abismo dura lo que tarda la mirada en descubrir
las casitas de ladrillo. Sus techos de uralita empastados de alquitrán están
sembrados de piedras. Pintadas con tiernos colores, su altura sobrepasa apenas
la cabeza de un hombre y están dispuestas en hileras que apuntan hacia el mar,
formando callecitas de tierra limpia, barrida y regada con esmero. Algunas
tienen pequeños patios donde crece una parra. Abajo, al fondo, la ciudad se
estira hacia las inmensidades cerúleas del Mediterráneo bajo brumas y rumores
sordos de industrial… La casa del muchacho es la segunda de la hilera de la derecha,
al borde de las últimas estribaciones de la colina. Vive con su hermano mayor y
su cuñada y cuatro chiquillos endiablados. La casa fue del suegro, un viejo
mecánico del Perchel, que llegó aquí con su hija en una de las primeras grandes
oleadas migratorias de 1941, después de perder a su mujer y haber podido salvar
los útiles de trabajo y algunos ahorros. Construyó la casita con sus manos y
compró un pequeño cobertizo en lo alto de la carretera, entre una panadería y
lo que hoy es el bar Pibe, convirtiéndolo en taller de reparación de
bicicletas."
3. C/ PEDRELL/P.FONT MULASSA. CASES UNIFAMILIARS.
«Antes de la guerra, el Carmelo y el Guinardó se componían de torres y casitas de planta baja: eran todavía lugar de retiro para algunos aventajados comerciantes de la clase media barcelonesa. Pero se fueron. Quién sabe si al ver llegar a los refugiados de los años cuarenta, jadeando como náufragos, quemada la piel no sólo por el sol despiadado de una guerra perdida, sino también por toda una vida de fracasos, tuvieron al fin conciencia del naufragio nacional, de la isla inundada para siempre, del paraíso perdido que este Monte Carmelo iba a ser en los años inmediatos"».
Casa unifamiliar calle Pedrell |
Hasta los años cincuenta, el Carmel fue
el clásico barrio de las casetas y los huertos , pero la llegada en masa de la
inmigración cambió completamente la fisonomía: las primeras edificaciones
-torres de planta baja o de planta baja y un pistas se construyeron a partir de
la avalancha migratoria de 1929. En 1875 se empezaron a edificar las primeras
torres . Los terrenos pertenecían mayoritariamente a Alexandre Bacardí,
promotor del barrio como lugar de recreo. Iba gente de toda Barcelona, e
incluso se promocionaron terrenos bien baratos entre sociedades obreras.
«Para la señora Serrat, el Monte Carmelo era algo así como el Congo. Un país remoto e infrahumano, con sus leyes propias, distintas. Otro mundo.»
Por una calle con mucho desnivel, el de la Conca de Tremp, subimos hasta la Carretera de El carmel. En una esquina nos encontraremos el bar Delicias.
«Para la señora Serrat, el Monte Carmelo era algo así como el Congo. Un país remoto e infrahumano, con sus leyes propias, distintas. Otro mundo.»
Por una calle con mucho desnivel, el de la Conca de Tremp, subimos hasta la Carretera de El carmel. En una esquina nos encontraremos el bar Delicias.
4. Bar Delicias.
Bar Delicias en la actualidad |
5. CARRETERA DE EL CARMEL
Desde la carretera se ven vistas de la ciudad, es la barrera, la frontera entre el mundo de barracas y miseria en el que vive Manolo y la Barcelona burguesa de la que anhela formar parte nuestro protagonista.
"Abajo, al fondo, la ciudad se estira hacia las inmensidades cerúleas del Mediterráneo bajo brumas y rumores sordos de industrial fatiga, asoman las botellas grises de la Sagrada Familia, las torres del Hospital de San Pablo y, más lejos, las negras agujas de la Catedral, el casco antiguo: un coágulo de sombras. El puerto y el horizonte del mar cierran el borroso panorama, y las torres metálicas del transbordador, la silueta agresiva de Montjuich.»
Desde la carretera se ven vistas de la ciudad, es la barrera, la frontera entre el mundo de barracas y miseria en el que vive Manolo y la Barcelona burguesa de la que anhela formar parte nuestro protagonista.
"Abajo, al fondo, la ciudad se estira hacia las inmensidades cerúleas del Mediterráneo bajo brumas y rumores sordos de industrial fatiga, asoman las botellas grises de la Sagrada Familia, las torres del Hospital de San Pablo y, más lejos, las negras agujas de la Catedral, el casco antiguo: un coágulo de sombras. El puerto y el horizonte del mar cierran el borroso panorama, y las torres metálicas del transbordador, la silueta agresiva de Montjuich.»
BARRACAS DE RAMÓN CASELLAS.
El barraquismo de Barcelona, fenómeno urbano acaecido a lo largo del siglo
XX, creó una ciudad informal junto a la ciudad planificada de los núcleos
antiguos, el Eixample, los polígonos y otras formas de crecimiento periférico.
Esta ciudad informal se extendió por la montaña de Montjuïc y el frente
marítimo, y ocupó tanto las colinas como algunos espacios intersticiales de la
periferia del Eixample.
Su total erradicación durante los años anteriores a la Barcelona olímpica no
ha dejado rastro de ellos en el territorio, pero su historia, que pervive en la
memoria de muchos de los antiguos barraquistas, sigue estando llena de luces y
sombras.
Placa conmemorativa del movimiento de vecinos. |
Centro Social del Carmelo y Asociación de Vecinos del
Carmelo El núcleo barraquista de El Carmel fue el más organizado durante los
realojos. Este hecho retrasó el proceso, ya que los vecinos querían que el
reasentamiento se produjera en el mismo barrio. A finales de los sesenta, un
grupo de vecinos y barraquistas crearon el Centro Social del Carmelo para
denunciar y dar solución al deterioro del barrio y al olvido por parte de la
Administración pública. En 1972, el Centro Social pasó a llamarse Asociación de
Vecinos del Carmelo, y trabajó para mejorar las condiciones de vida en las
barracas y conseguir el realojo en el barrio.
6. EL PARQUE GÜELL:
»Pero lo que más abunda son los turistas: éstos son los ricos que se ven, piensa él,
los que a veces incluso pueden tocarse,aquellos acerca de los cuales podemos
decir, cuando menos, que existen; los que aún permiten, no sin fastidio por su
parte,que los arrebatados indígnas llegados en bandadas los fines de semana, en
trenes y motos, envuelvan con miserables miradas de perros apaleados sus nobles
cuerpos soleados y su envidiable suerte en la vida.»
8. EL COTOLENGO DEL PADRE ALEGRE.
Bajando por la carretera de El Carmel y a un lado de El parque Güell.
En la curva del Cottolengo redujo gas, se deslizó suavemente hacia la izquierda ,
saliendo de la carretera , y frenó ante la entrada lateral del parque Güell.’
9. EL BAR TIBER.
‘Era partidaria de algún bar en el Monte Carmelo, lo cual extraño a Manolo.(…)
– Allí no tenemos nada que valga la pena –dijo él-. Pero conozco un sitio que está cerca, nos pilla de paso.
Había recordado el Tíbet, al pie del Carmelo. Rincón sofisticado (falsa cabaña, troncos barnizados, techos de paja, luz embotellada) en la terraza de una vieja torre de los años treinta convertida en residencia y restaurante.’
10. PLAZA SANLLEY
"Hay apodos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive. La noche del 23 de junio de 1956, verbena de San Juan, el llamado Pijoaparte surgió de las sombras de su barrio vestido con un flamante traje de verano color canela; bajó caminando por la carretera del Carmelo hasta la plaza Sanllehy..."
11. EL CLUB DE TENIS LA SALUD
Club deportivo fundado el 1902
por un grupo dedeportistas que pertenecían al Club Social
La Salut, creado el 1899.
«— Me gusta tu barrio.
»— ¿Ves aquellas pistas de tenis, allá abajo, entre los árboles?
—Manolo señalaba con el brazo—. Es el Club de Tenis
La Salud. De niño trabajé en las pistas, recogía pelotas,
como Santana... ¿A que nunca habías estado aquí?»
BARCELONA AÑOS 50:
BARCELONA 50-60:
EL CARMEL:
PASEO POR LA BARCELONA DE ÚLTIMAS TARDES CON TERESA
/i>
6. EL PARQUE GÜELL:
»Pero lo que más abunda son los turistas: éstos son los ricos que se ven, piensa él, los que a veces incluso pueden tocarse,aquellos acerca de los cuales podemos decir, cuando menos, que existen; los que aún permiten, no sin fastidio por su parte,que los arrebatados indígnas llegados en bandadas los fines de semana, en trenes y motos, envuelvan con miserables miradas de perros apaleados sus nobles cuerpos soleados y su envidiable suerte en la vida.»8. EL COTOLENGO DEL PADRE ALEGRE.
Bajando por la carretera de El Carmel y a un lado de El parque Güell.
En la curva del Cottolengo redujo gas, se deslizó suavemente hacia la izquierda ,
saliendo de la carretera , y frenó ante la entrada lateral del parque Güell.’9. EL BAR TIBER.‘Era partidaria de algún bar en el Monte Carmelo, lo cual extraño a Manolo.(…)– Allí no tenemos nada que valga la pena –dijo él-. Pero conozco un sitio que está cerca, nos pilla de paso. Había recordado el Tíbet, al pie del Carmelo. Rincón sofisticado (falsa cabaña, troncos barnizados, techos de paja, luz embotellada) en la terraza de una vieja torre de los años treinta convertida en residencia y restaurante.’10. PLAZA SANLLEY"Hay apodos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive. La noche del 23 de junio de 1956, verbena de San Juan, el llamado Pijoaparte surgió de las sombras de su barrio vestido con un flamante traje de verano color canela; bajó caminando por la carretera del Carmelo hasta la plaza Sanllehy..."11. EL CLUB DE TENIS LA SALUDClub deportivo fundado el 1902 por un grupo dedeportistas que pertenecían al Club Social La Salut, creado el 1899.«— Me gusta tu barrio. »— ¿Ves aquellas pistas de tenis, allá abajo, entre los árboles? —Manolo señalaba con el brazo—. Es el Club de Tenis La Salud. De niño trabajé en las pistas, recogía pelotas, como Santana... ¿A que nunca habías estado aquí?»
BARCELONA 50-60:
EL CARMEL:
PASEO POR LA BARCELONA DE ÚLTIMAS TARDES CON TERESA
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