El Premio BBK-La risa de Bilbao 2014 |
"parte
del objetivo del humor es ofender, sino realmente está muerto. Lo malo que
cuando ofenden y el que acaba muerto es que hace la viñeta".
Julian Barnes (Leicester, 1946) se educó
en Londres y en Oxford. Está considerado una de las mayores revelaciones de la
narrativa inglesa de las últimas décadas. Es autor de doce novelas, publicadas
por Anagrama: Metrolandia (Premio Somerset Maugham 1981), Antes de conocernos, El loro de Flaubert (Premio Geoffrey Faber
Memorial y, en Francia, Premio Médicis), Mirando al sol, Una historia del mundo en diez capítulos y medio, Hablando del asunto (Premio Fémina a la mejor
novela extranjera publicada en Francia), El puercoespín, Inglaterra, Inglaterra, Amor, etcétera, Arthur & George, El sentido de un final y Niveles de vida, de los libros de relatos Al otro lado del Canal, La mesa limón y Pulso, del delicioso tomito El perfeccionista en la
cocina y del libro memorialístico Nada que temer. Ha recibido también, entre otros galardones, el Premio E. M. Forster de
la American Academy of Arts and Letters, el William Shakespeare de la Fundación
FvS de Hamburgo y el Man Booker, y es Chevalier de l’Ordre des Arts et des
Lettres.
OBRAS DE Julian Barnes
- Nada que temer (CM 568)
- Niveles de vida (EB 313)
- Pulso (EB 109)
- Una breve historia de la peluquería (ZM 4)
- Mirando al sol (PN 111)
- Metrolandia (PN 163)
- Una historia del mundo en diez capítulos y medio (PN 206)
- Al otro lado del Canal (CM 378)
- Amor, etcétera (CM 370)
- Antes de conocernos (CM 114)
- El loro de Flaubert (CM 86)
- El puercoespín (PN 291)
- Hablando del asunto (CM 210)
- Inglaterra, Inglaterra (PN 431)
- La mesa limón (PN 607)
- El perfeccionista en la cocina (PN 638)
- Arthur & George (PN 659)
- La mesa limón (CM 419)
- Arthur & George (CM 468)
- Nada que temer (PN 745)
- El sentido de un final (CM 634)
- El ruido del tiempo (EB 448)
- Niveles de vida (CM 712)
- Con los ojos bien abiertos (FC 6)
ISBN
|
978-84-339-1186-5
|
EAN
|
9788433911865
|
PVP CON IVA
|
11.7 €
|
NÚM. DE PÁGINAS
|
240
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COLECCIÓN
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CÓDIGO
|
PN 266
|
TRADUCCIÓN
|
Maribel De Juan
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PUBLICACIÓN
|
01/01/1993
|
Stuart y Gillian se conocen en una reunión en
un hotel gestionada por una agencia matrimonial que organiza cócteles
para solteros de buena posición que, por diversas circunstancias, tienen
una escasa vida social. Stuart es un cuadro medio de un banco, un buen
chico, sensible aunque algo soso, y Gillian una restauradora de cuadros
encantadora. Se casarán, pero entra en escena Oliver, el mejor amigo de
Stuart, bohemio y presunto dandy, que se las da de conocer mundo aunque
no ha pasado de Marbella y que se enamora perdidamente de Gillian.
«Julian Barnes es un escritor de rara
inteligencia. Capta los pormenores de la vida moderna con una pericia
extraordinaria. Su estilo es un modelo de elegancia y precisión, y
utiliza su habilidad para seducir y entretener al lector como vehículo
de complejas, resonantes ideas» (Charles Nicholl, London Review of Books).
«El libro más divertido e inteligente que he leído en años. El posible que usted haya oído antes estos adjetivos, y seguramente aplicados a las novelas anteriores de Barnes. Bien, ésta es igualmente buena. Algo más escandalosa, quizá. Y más divertida, lo repito» (Edward Hower, Chicago Tribune Books).
FERRAN CASTELLS - (Tv - Cine) - HABLANDO DEL ASUNTO [2011] Ferran Castells interpreta un fragmento adaptado de la novela Hablando del asunto de Julian Barnes.
«El libro más divertido e inteligente que he leído en años. El posible que usted haya oído antes estos adjetivos, y seguramente aplicados a las novelas anteriores de Barnes. Bien, ésta es igualmente buena. Algo más escandalosa, quizá. Y más divertida, lo repito» (Edward Hower, Chicago Tribune Books).
El título
nos da la clave de la novela “hablando del asunto”, eso es lo que hacen los
personajes, “hablan del asunto”, del
triangulo amoroso en el que se ven envueltos los protagonistas. El tema no es
para nada original, justamente el inicio de nuestra literatura occidental se
basa en una traición amorosa, la de Helena de Troya, quien se escapa con el “guaperas” de Paris
dejando a su ilustre marido abandonado y obligándolo por ello a meterse en una
guerra, la de Troya. Luego vendrá Arturo, otro de los grandes, humillado por su
esposa en brazos del soberbio Lancelot y no olvidemos los adúlteros de La divina comedia Paolo
Malatesta y Francesca de Polenta quienes fueron atrapados por la pasión y al ser sorprendidos
por el hermano de él y el marido de ella, Gianciotto Malatesta, fueron asesinados por el marido engañado y se vieron
obligados a penar sus culpas adúlteras en el infierno, dista mucho de la actitud
de Stuart, muy británico él quien a lo
máximo que se atreve es a amargarles la fiesta de la boda. Por tanto nada es
nuevo bajo el sol, chica conoce chico, chica
se casa con chico pero hay otro chico más guapo y divertido y chica se enamora
de segundo chico dejando al primero sumido en la miseria.
Hasta aquí
la historia, lo novedoso es la manera de contarlo, no hay narrador. Los
personajes se alternan “hablando”, contándonos a nosotros los lectores su
versión de los hechos, al iniciar la lectura te preguntas con quién hablan, a
quién se dirigen sus voces y miras hacia atrás pensando que es una entrevista o
le están contando los hechos a un policía, abogado, terapeuta o vete tú a
saber... pero en seguida te das cuenta que es a ti, lector, a quien dirigen sus
discursos. Esto significa que, en realidad, cada uno nos está intentando vender
su punto de vista. Mienten, exageran, tergiversan o deforman en la medida en
que él, o ella, salen favorecido. Y por supuesto se justifican. Todos se
justifican. Y no sólo eso: buscan nuestra complicidad. En muchas ocasiones los
testimonios que nos narran los personajes son contradictorios entre sí, de tal
manera que parecen sucesos distintos, porque cada uno lo ha interpretado a su
manera y este juego de perspectivas nos hace comprender que no hay una verdad
absoluta, todo es subjetivo y está reinterpretado por cada uno de nosotros, al
igual que como lectores también cada uno de nosotros tendrá una perspectiva y
una visión única de la novela.
Stuart: Es ahora. Es hoy. Nos casamos el
mes pasado. Amo a Gillian. Soy feliz, sí, soy feliz. Al fin me salió bien. Es
ahora, ahora.
Gillian: Me casé. Una parte de mí pensaba que
nunca llegaría a hacerlo, una parte de mí lo desaprobaba, otra parte de mí
estaba un poco asustada, a decir verdad. Pero me enamoré, y Stuart es una buena
persona, una persona amable, y me quiere. Ahora estoy casada.
Oliver: Oh, mierda. Oh, mierda, mierda, mierda,
mierda, mierda, MIERDA. Estoy enamorado de Gillie, acabo de darme cuenta. Estoy
enamorado de Gillie. Estoy asombrado, estoy aterrorizado, estoy superacojonado.
El cerebelo no me funciona de puro miedo. ¿Qué va a pasar ahora? (pág. 50)
Tres son los
protagonista: el serio, aburrido, Stuart; el ingenioso, pedante y en ocasiones
insoportable, Olliver; y Gilliam, el
objeto del deseo, para mí el personaje con el que me he sentido más cerca. Aparecen
las voces de algún otro, como la madre de Gilliam, o Val esa amiga insufrible, o la casera de Olliver,
pero tienen poco protagonismo sirven de contrapunto a las tres voces capitales
que forman la novela. Al presentarnos cada uno de ellos la historia y su visión de
ella, aparece cada uno como quiere que lo veamos y no hay ni buenos ni
malos, podemos entender el comportamiento de cada uno aunque no por ello dejas
de sentir más o menos simpatía por cada uno de los personajes, no dejé de
sentir cierta lástima por el pobre Stuart, aunque también pensemos que le está
bien empleado por confiado y tontorrón. Por otra parte no nos extraña la caída
de Gilliam, es difícil no caer ante un ataque tan metódico y directo como al
que la somete Olliver y tengo que admitir que el personaje más antipático me
resulta Olliver, más guapo, más listo que su amigo pero que parece que no se
siente completo hasta que no consigue obtener lo que al pobre Stuart le ha
costado tanto conseguir. Ningún personaje nos satisface del todo y podemos
sacarle pegas a cada uno de ellos, pero es difícil culpabilizarlos. Los tres
personajes van tomando forma poco a poco. Cada uno de ellos se va haciendo con
relación a los otros, igual que los colores: "cuando pones dos colores uno junto al otro, eso afecta a la forma
en que ves cada uno de ellos". Gillian resulta la voz menos definida
porque tarda mucho en hablar de sí misma, es el personaje que se va
descubriendo a medida que avanza la novela: Stuart y Oliver son como son, basta
con lo que dicen de sí mismos, y con lo que de cada uno dice su amigo, para que
sepamos qué va a pasar con ellos. Lo que no sabemos al final de cada capítulo
es lo que va a pasar con Gillian y es Gillian la que hace avanzar el guión y
toma la decisiones finales.
La
estructura de la novela se presenta como monólogos que se dividen en diecisiete
capítulos breves con su correspondiente título. Se habla con ironía de las
conductas propias y desmadradas de los adultos. Tan pronto sacan un tema
culinario como uno económico. En cada intervención hay una emoción plasmada de
una forma soberbia, relacionada con otros detalles de la vida. ¿Qué tienen que
ver las pepitas del pomelo con el afecto hacia tu pareja?, ¿y un perro
corriendo y ladrando por la carretera con el control de tu vida?, ¿y los
cangrejos violinistas con la superación del pasado? Sí, tiene que ver, los
personajes lo hacen posible.
También
remarcaría la ironía, patente en toda la obra, Jualian Barnes a quien le
concedieron el premio de La risa de Bilbao 2014 por su "inteligente obra literaria" señaló acerca del humor: "parte del
objetivo del humor es ofender, sino realmente está muerto. Lo malo que cuando
ofenden y el que acaba muerto es que hace la viñeta". Un finísimo humor
inglés, la historia es un vodevil donde Stuart tiene la de perder, aunque su
historia es dramática no deja de ser patética su regodeo en la humillación y la
tristeza.
Y lo que más
me ha gustado es el final, la forma en la que Gilliam intenta sacar a Stuart del
estado obsesivo depresivo al que lo ha llevado su abandono, y ella monta la
escena final, el vodevil llega a sus más altas cotas, ahora los únicos que
sabemos la verdad es ella y nosotros, Oliver y Stuart son actores de un drama
final en el que son los protagonistas principales sin saberlo. Es un final original y
redondo, remata la historia con un ritmo magnífico.
Diez años
después de Hablando del asunto, Julian Barnes nos puso en conocimiento sobre
cómo habían transcurrido las vidas de los personajes, y salió al mercado Amor, etcétera. Continúan el triángulo
amoroso y los personajes secundarios, pero el tiempo les ha hecho cambiar sus
emociones, emociones agrandadas, arrastradas hacia el origen, hacia el foco de
luz.
Por lo demás, las dos novelas son las típicas
de Barnes. Personajes normales, casi mediocres, que nos cuentan unas vidas mediocres, pero que gracias a su enfoque narrativo peculiar consigue interesarnos.
FERRAN CASTELLS - (Tv - Cine) - HABLANDO DEL ASUNTO [2011] Ferran Castells interpreta un fragmento adaptado de la novela Hablando del asunto de Julian Barnes.
REFERENCIAS:
Jules et Jim: (título original en francés: Jules et Jim) es una película francesa de 1962 dirigida por François Truffaut, forma parte importante del movimiento cinematográfico denominado Nouvelle vague. Está basada en la novela homónima de Henri-Pierre Roché. Actúan Jeanne Moreau como Catherine, Oskar Werner y Henri Serre como Jules y Jim.
Photograph of Diane Arbus
by Allan Arbus
(a film test), c. 1949[1]:137
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Diane Arbus (Nueva York, 14 de marzo de 1923 - Greenwich, Nueva York, Estados
Unidos, 26 de juliode 1971) fue una fotógrafa estadounidense, que inicialmente aprendió fotografía del que fue su marido
y padre de sus hijas en la primera juventud, Allan Arbus, que le regaló su
primera cámara, una Graflex. Su carrera personal contó con el respaldo de una beca que
le concedió la Fundación Guggenheim y su obra ha sido reconocida por la Bienal de Venecia y el MOMA entre otras. Es conocida como la fotógrafa de los
freaks. Su familia era de origen judío del este de Europa.
LOCALIZACIONES:
Lennox Garden:
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