Hernán Casciari reflexiona cómo cambia la relación entre el lector y el escritor en la era
digital, lo explica a partir de una historia real que le pasó
el 2004.
miércoles, 8 de enero de 2020
ANÉCDOTAS DE ESCRITORES
Disfrutad con las siguientes anécdotas literarias, todas ellas protagonizadas por autores hispanos. ¡No les falta ingenio!
1. Jorge Luis Borges, mientras ejercía como profesor en la universidad, preguntó a una alumna su opinión sobre Shakespeare, a lo que ella contestó:
—Me aburre. Al menos lo que ha escrito hasta ahora.
—Tal vez Shakespeare todavía no escribió para vos. A lo mejor dentro de cinco años lo hace.
2. Camilo José Cela acababa de ser anunciado como ganador del Premio Nobel. Un periodista le preguntó:
—¿Le ha sorprendido ganar el premio Nobel de Literatura?
—Muchísimo, sobre todo porque me esperaba el de Física.
3. Jacinto Benavente recibió la visita de un conocido suyo, que no tenía gran éxito como dramaturgo. Durante el recorrido por la casa, el invitado quedó asombrado por la amplia biblioteca que poseía el escritor y exclamó:
—¡Vaya, Don Jacinto! Con tantos libros ya se pueden escribir buenas comedias.
—Pues adelante, amigo mío, están a su disposición.
4. Miguel de Unamuno conversaba con Alfonso XIII tras recibir de su mano la Gran Cruz.
—Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco.
—¡Qué curioso! La mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen.
—Señor, en el caso de los otros efectivamente no se la merecían.
5. Emilio Carrere acostumbraba a ser impuntual en su empleo en el Tribunal de cuentas, en Madrid. Un día, su jefe inmediato lo llamó y le dijo:
—Mire usted, Carrere, con esa manía de retrasarse, va a llegar un momento en el que se presentará usted todos los días al día siguiente.
6. Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán mantuvieron una relación amorosa pero, según se cuenta, tuvieron por lo menos un divertido roce al cruzarse en una escalera.
—¡Adiós, viejo chocho! —dijo ella.
—¡Adiós, chocho viejo!
7. Ramón de Campoamor concluyó de la siguiente manera su disculpa por no poder asistir a una invitación en casa de Antonio Cánovas del Castillo.
—Recuerdos a don Antonio, a quienes unos envidian el talento, otros la casa y todos la mujer.
8. Antonio Alcalá Galiano se encontró con una conocida que no veía hacía más de 20 años.
—Don Antonio, le encuentro muy viejo.
—Tampoco usted está más joven. Le ocurre lo que a los que se embarcan por vez primera: que cuando el barco comienza su singladura les parece que es la tierra la que se va de ellos, y que ellos no se mueven.
9. Jorge Luis Borges estaba siendo entrevistado en Roma por un periodista que trataba de provocarlo.
—¿En su país todavía hay caníbales?
—Ya no. Nos los comimos a todos.
10. Jacinto Benavente estaba elogiando la figura de Ramón del Valle-Inclán en una de sus habituales tertulias, cuando alguien le dijo:
—Pues Don Ramón no opina lo mismo de usted.
—A lo mejor estamos equivocados los dos.
Fuente: Blog: IBER LIBROS.
martes, 7 de enero de 2020
MEJORES LIBROS DE NOVELA GÓTICA
Novelas relacionadas con la lectura de este mes Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson, escritora estadounisense forjadora del género con su novela La maldición de Hill House. Os presento un listado de algunas de las narraciones más importantes del género.
Trilogía de Gormenghast
Mervyn Peake
La trilogía consta de tres novelas, Titus
Groan (1946), Gormenghast (1950) y Titus Alone (1959). Una novela, Boy
in Darkness (1956), narra la historia de una breve aventura del joven
Titus fuera del castillo, aunque no explicita el nombre del mismo. Lord
Groan, que ha enloquecido definitivamente y cree estar metamorfoseándose
en búho; su esposa, la obesa Lady Gertrude, que convive con centenares
de pájaros, algunos de los cuales residen entre sus cabellos; el pequeño
Titus, el heredero de ojos violeta; Soardust, el anciano maestro de
ceremonias que tiraniza a los trágicos aristócratas. Y Steerpike, el
joven cocinero, héroe y villano que confabula para destruir a la familia
y conquistar el poder. Este elenco de excéntricos personajes circula
por los oscuros corredores del colosal castillo de Gormenghast, tan
laberíntico e inabarcable, violento y sofisticado como el universo
literario de Peake. Las vívidas imágenes, las pinceladas poéticas y el
humor hacen de “Titus Groan”, la primera entrega de la trilogía de
Gormenghast, una obra emblemática que ha hipnotizado la mente de miles
de lectores.
El Castillo de Otranto
Horace Walpole
Horace Walpole
El castillo de Otranto (The Castle of
Otranto, en inglés) es una novela escrita por Horace Walpole en 1764. Es
considerado el texto inaugural de la literatura de terror gótico,
iniciando un género literario que llegó a ser extremadamente popular a
finales del siglo XVIII y principios del XIX. El castillo de Otranto
comenzó a forjar el tenebroso imaginario formado por ominosos castillos
provistos de lúgubres mazmorras, por una naturaleza sombría y
turbulenta, y por sucesos y percances inesperados y escalofriantes.
Escrita de un tirón por Horace Walpole (1717-1797) a raíz de una
pesadilla –circunstancia a la que acaso debe la agilidad de su trama–,
la novela tiene el interés añadido de ser una de las primeras
apariciones de lo que luego se llamaría el surrealismo en la literatura.
Vathek es una novela gótica escrita por
William Beckford. Fue originalmente redactada en francés en 1782, y
traducida después al inglés por el reverendo Samuel Henley. Esta versión
fue publicada en 1786 sin mención alguna a Beckford como An Arabian
Tale, From an Unpublished Manuscript (“Un cuento árabe, de un manuscrito
inédito”), afirmando que se trataba de una traducción de un cierto
original árabe. Ese mismo año apareció la primera edición en francés. La
primera traducción al español se publicó en 1969. Merecedora de un
largo y cálido elogio de H. P. Lovecraft en su ensayo «El horror en la
literatura», esta novela de William Beckford (1760-1844) narra la
historia del califa Vathek, personaje desmesurado a quien su sed de
conocimiento acaba precipitando en el Palacio del Fuego Subterráneo, el
Infierno, donde encuentra a otros príncipes condenados que le relatan, a
su vez, sus desventuras, dando lugar a los llamados tres «Episodios»,
publicados usualmente de forma exenta y desvinculados del texto original
que los motivó. La presente edición de Javier Martín Lalanda corrige
esta omisión histórica y reúne el texto íntegro de un relato que une al
exotismo de lo maravilloso y del cuento oriental la truculencia de la
narración gótica y un peculiar e irreverente sentido del humor.
Los misterios de Udolfo Ann Radcliffe
Ann Radcliffe (1764-1823) es la escritora
más emblemática de la imaginación gótica, y sus novelas fueron punto de
referencia para los autores que cultivaron el género. Tres obras se
alzan en el altar de la literatura gótica: «Los misterios de Udolfo» de
la Radcliffe, «El monje» de Lewis, y «Melmoth el errabundo» de Maturin
(los tres editados en esta colección). «Los misterios de Udolfo» se
desarrolla en el siglo XVI, y está ubicada en Francia e Italia. Emily,
como todas las heroínas de la Radcliffe, se enfrenta a las adversidades y
desastres provocados por Montoni con la fuerza de la racionalidad,
después de haber sucumbido momentáneamente a la superstición. La
persecución del malvado Montoni tiene lugar en el castillo de Udolfo,
donde acontecen múltiples fenómenos sobrenaturales: vagas figuras
extrañas, un fantasma en las almenas, sepulcrales voces misteriosas…
«Los misterios de Udolfo», junto con «El Italiano», son las cimas del
arte de Ann Radcliffe, y de la novela gótica y romántica. «A los
conocidos atavíos góticos de sus predecesores, señala Lovecraft en su
ensayo sobre la literatura de terror, Mrs. Radcliffe añadió un genuino
sentido de lo sobrenatural, tanto en los escenarios como en los
incidentes, que raya en la genialidad; cada pormenor de la ambientación y
de la intriga contribuye artísticamente a crear la impresión de horror
ilimitado que ella quería transmitir».
El monje. Matthew Gregory Lewis
El 23 de septiembre de 1794, el joven
Matthew Lewis con tan sólo diecinueve años, anunciaba en una carta a su
madre que había escrito en sólo diez semanas una novela, entre 300 y 400
páginas en octava. Acababa de nacer una de las obras cumbre de la
novela gótica, la forma más leída de literatura popular en Gran Bretraña
y buena parte de Europa desde finales del siglo XVIII hasta bien
mediado el siguiente. La opinión pública se debatió entre declarar El
monje como obra de ingenio o tacharla de blasfema y obscena. Situada en
un decadente, hipócrita y mítico Madrid gótico, Lewis mezcla dos tramas
bastante espeluznantes: la del libidinoso y blasfemo monje Ambrosio y la
historia de Ramón y su fatídico amor por la desdichada Inés. Ambas
historias están entrelazadas para crear una tensión entre su envoltura
sentimental y su trasfondo neta y sombríamente gótico.
Manuscrito encontrado en Zaragoza
Jan Potocki
Contemporáneo de Mrs. Radcliffe y E.T.A.
Hoffmann, el conde Jan Potocki nació en 1761 en el castillo de Pikow
(Polonia) y fue un hombre ilustrado hasta la erudición, demócrata,
progresista, etnógrafo, viajero empedernido y aventurero, que acabó sus
días en 1815, suicidándose en su biblioteca con una bala de plata que él
mismo había pulido pacientemente. El Manuscrito encontrado en Zaragoza
es una de las obras más legendarias y emblemáticas de la literatura
fantástica. De estructura laberíntica, narrada al modo de los
decamerones, la obra transcribe el manuscrito hallado por un oficial de
las tropas napoleónicas en Zaragoza, y cuenta las peripecias y viajes
del noble caballero Alfonso Van Worden, episodios vividos o referidos
sobre «bandidos, almas en pena y adictos a la Cábala», en una visión
pintoresca, fantástica y prerromántica de la España profunda del siglo
XVIII, llena de inolvidables historias de aparecidos, cabalistas, ventas
encantadas o leyendas moriscas, traspasada de un aire picaresco deudor
de la tradición española.
E.T.A. Hoffmann
Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822)
no llegó a entrar con honores en las páginas de oro de la historia de
la música, tal como anheló toda su vida; a cambio, su nombre ha quedado
grabado para siempre, con letras de un extraño fulgor, en el libro de
oro de la literatura universal y su recuerdo quedará asociado en la
memoria del lector con el sabor agridulce de la fantasía, la
alucinación, la pesadilla, la locura y, en definitiva, con el rico
universo de lo siniestro y lo luminoso. Animado por la lectura y el
éxito de El Monje de M.G. Lewis, Hoffmann madura la idea de Los elixires
del diablo, para poner sobre el papel en poco más de un mes -en una
suerte de trance al borde de la locura- la espeluznante historia,
contada en primera persona, de la vida del monje Medardo, que viene al
mundo marcado por el estigma de una simiente maldita, cuyo origen se
remonta a un horrible e inconfesable crimen cometido por uno de sus
antepasados. Pero, a pesar de que su atormentada conciencia le conduce
poco a poco hacia el laberinto de la locura, su futuro no está
totalmente sellado, ya que siempre queda un resquicio de libertad que,
con ayuda de la gracia divina, le permite luchar para alcanzar su
salvación.
Frankenstein o el moderno Prometeo
Mary W. Shelley
Mary Shelley (1797-1851) fue hija del
pensador radical William Godwin —célebre autor del revolucionario ensayo
titulado «Political Justice» y de novelas de tradición gótica como «St
Leon» y «Caleb Williams»— y de Mary Wollstonecraft, autora de la más
ardiente defensa sobre la educación y derechos de la mujer que se
hubiera hecho hasta entonces, expresada en su obra «Vindication of the
Rights of Woman». En 1814 conoció al poeta Percy Bysshe Shelley, que
sería el amor de su vida, y con quien huyó al continente en 1814. En la
noche del 17 de junio de 1816, después de una velada en compañía de Lord
Byron, Percy B. Shelley, John W. Polidori, Matthew G. Lewis, entre
otros, en la que se discutió sobre el galvanismo, los experimentos del
doctor Erasmus Darwiny la posibilidad de descubrir el principio vital y
conferirlo a la materia inerte, Mary tuvo una pesadilla en la cual un
estudiante obsesionado con la creación de vida artificial despierta y
contempla horrorizado a su espantoso engendro. Este sueño fue el primer
atisbo de una Criatura que se ha elevado por sí misma al pedestal de los
mitos básicos del terror. A partir de esta visión de pesadilla, Mary
Shelley construyó «Frankenstein, o el moderno Prometeo», una historia
que ha estremecido a generaciones de lectores y cuya actualidad
permanente han garantizado las numerosas adaptaciones al cine. Una
historia destinada no sólo a despertar el horror, sino a proponer una
reflexión moral sobre la naturaleza humana y la génesis del Mal.
La caída de la casa Usher
Edgar Allan Poe
La caída de la Casa Usher (título original
en inglés: The Fall of the House of Usher), también conocido como El
hundimiento de la casa Usher, es un cuento de terror del escritor Edgar
Allan Poe, considerado uno de los más importantes de su producción
narrativa. Fue publicado por primera vez en la revista Burton’s
Gentleman’s Magazine, en 1839. Un joven caballero es invitado al viejo
caserón de un amigo de la infancia, Roderick Usher, artista enfermizo y
excéntrico que vive completamente recluido en compañía de su hermana,
Lady Madeline, también delicada de salud. Usher vive presa de una
enfermedad indefinible, lo que hace a todos temer por su vida. La caída
de la casa Usher es una de las obras de su autor preferidas por la
crítica en términos generales, y la que el propio Poe consideraba de las
más logradas que había escrito, solamente por detrás de Ligeia. Relato
largo, generoso y matizado, es muy “literario”, por su densa materia
narrativa, por las numerosas citas que contiene, los títulos de libros, y
hasta poemas completos, como “El palacio encantado”, el cual había sido
publicado separadamente en abril de 1839 en la revista Baltimore
Museum.
El cuervo
Edgar Allan Poe
El cuervo es un poema narrativo escrito
por Edgar Allan Poe, que fue publicado por primera vez en 1845 y
constituye su composición poética más famosa. Son notables su
musicalidad, el lenguaje estilizado y la atmósfera sobrenatural que
logra recrear. Una nueva traducción (a cargo de Adolfo Muñoz) del
clásico poema de Edgar Allan Poe que recoge, como nunca hasta ahora,
la atmósfera y la sonoridad de sus versos románticos y oscuros. Las
ilustraciones de Javier Serrano y la cuidada edición hacen que su
lectura resulte especialmente turbadora. Prólogo de Luis Alberto de
Cuenca. Edición bilingüe español/inglés. El poema narra la misteriosa
visita de un cuervo parlante a la casa de un amante afligido, y del
lento descenso hacia la locura de este último. El amante, que a menudo
se ha identificado como un estudiante, llora la pérdida de su amada,
Leonor. El cuervo negro, posado sobre un busto de Palas, parece azuzar
su sufrimiento con la constante repetición de las palabras «Nunca más»
(Nevermore).
El castillo de los Cárpatos
Julio Verne
El castillo de los Cárpatos (Le Château
des Carpathes) es una novela de Julio Verne publicada en la “Magazine de
ilustración y recreo” (Magasin d’Education et de Récréation), revista
periódica para la juventud de la editorial Hetzel, como el resto de sus
obras. Se publicó entre enero de 1892 y diciembre del mismo año y como
un solo volumen en octubre, con ilustraciones en color de Léon Benett.
Se trata de una obra fantástica alejada de la temática “científica” de
Verne, y en ella ven algunos autores una de las mejores y más románticas
historias “vampíricas” de la literatura. En las profundidades de
Transilvania, en una comunidad aislada y supersticiosa, la inesperada
aparición de humo en la torre de un castillo abandonado sugiere una
presencia diabólica. Un valiente guardabosques y un médico algo cobarde
se aventuran a explorar el castillo y son rechazados por fuerzas
extrañas y pavorosas. Por su parte, un joven conde valaco que ha perdido
a su amada, la célebre cantante Stilla, que murió en el escenario, cree
oír su voz en las inmediaciones del recinto. Verne combina en esta
curiosísima novela el racionalismo, el humor sardónico y la crítica de
la superstición y la leyenda con una paradójica, casi surrealista,
exaltación del amour fou.
El fantasma de la ópera
Gaston Leroux
El fantasma de la ópera (Le Fantôme de
l’Opéra) es una novela de Gastón Leroux inspirada en la también novela
Trilby de George du Maurier, que había sido publicada por entregas en la
Harper’s Magazine en 1894 y después en forma de libro en 1895. La
novela de Leroux se publicó en entregas semanales desde el 19 de
noviembre de 1909, y ha sido adaptada numerosas veces para películas y
actuaciones en teatros. El fantasma de la ópera es una novela que
combina romance, terror, misterio y tragedia. La historia trata de un
hombre misterioso que aterroriza la Ópera de París para atraer la
atención de una joven vocalista a la que ama. Novela que mezcla la
literatura gótica con la aventura de carácter policíaco aunque no haya
un detective protagonista, sino un misterio que descifrar, El fantasma
de la Ópera (1910) es la historia de un tenebroso personaje, quien, a
pesar del tormento que le provoca su fealdad, lucha por vivir para
satisfacer su pasión por la belleza. En esta popular obra, llevada
numerosas veces al cine y al escenario, Gaston Leroux (1868-1927)
aprovechó numerosos recursos que le eran familiares por su condición de
periodista para dar verosimilitud a un relato en el cual la combinación
entre su intrigante protagonista y la ambientación dentro del mundo del
teatro y las bambalinas despliega un atractivo juego de posibilidades
para la imaginación.
La leyenda de Sleepy Hollow
Washington Irving
La leyenda de Sleepy Hollow o La Leyenda
del Jinete sin Cabeza es un relato corto de terror, escrito por
Washington Irving en 1820, en su colección: The Sketch Book of Geoffrey
Crayon. Ichabod Crane es el maestro de la comunidad de Tarrytown, en
Sleepy Hollow (literalmente «Hondonada del Sueño»), un valle a orillas
del Hudson. Su antagonista es Bran Bones, un grandullón grosero, que es
también su rival en el amor de Katrina Van Tassel, hija única de un
acaudalado terrateniente. Ichabod cree alcanzar la gloria el día en que
Van Tassel le invita a una fiesta en su «castillo»… pero lo que no sabe
es que lo que ahí le espera es la condenación, pues en los bosques
encantados de la «región del sopor» vaga el espectro del Jinete Sin
Cabeza. Esta edición de Washington Irving ofrece las ilustraciones
originales de Arthur Rackham.
Las aventuras de Caleb Williams
William Godwin
Caleb Williams es la abreviación común de
una obra cuyo nombre completo es Las cosas como son; o Las aventuras de
Caleb Williams. Escrita en 1794 por William Godwin, es una novela de
tres volúmenes escrita como un llamamiento para poner fin al abuso de
poder por lo que Godwin vio como un gobierno tiránico. Esta novela
surgió con la intención de popularizar el mensaje de su ensayo político
de 1793 Justicia política. Las «aventuras» de Caleb Williams es una
oscura y envolvente novela sobre la culpabilidad, la curiosidad malsana,
el acoso y la persecución obsesiva. La primera parte describe la
decadencia del noble Falkland, cuyo honor y reputación (los dos valores
que orientan su vida) quedan en entredicho al cernirse sobre él la
sospecha de un crimen infame. Su criado Caleb Williams, guiado por una
curiosidad morbosa, cree haber descubierto la culpabilidad indudable de
su amo y señor Falkland. Es entonces cuando se desata sobre el criado
una persecución y acoso implacables. Las leyes, tal como aparecen en la
obra, son esencialmente corruptas e instrumento de opresión de los
poderosos sobre los débiles y no son más que el arma de la que se sirve
la tiranía humana, al menos en el mundo de las cosas como son.
La casa de los siete tejados
Nathaniel Hawthorne
Emilio Carrere
Charles Maturin
Drácula
Bram Stoker
Ahora puedes leer la selección realizada por el escritor Carlos Ruiz Zafón en el Guardian donde le realizaron una entrevista en la que le han preguntado su Top-Ten de novela gótica contemporánea, entendiendo ese gótico contemporáneo como la actualización noir y barroca de las historias fantásticas hijas del romanticismo que nacieron en el XIX.
Pues bien, vamos a comentar esas diez novelas que a Zafón le parecen destacables, entre las que hay pequeñas joyas desconocidas para el gran público en lengua española. Empecemos de 10 a 1.
10: Déjame entrar, de John Ajvide Lindqvist. Esta novela fue la revelación del terror europeo el año pasado gracias, en buena parte, a la excelente adaptación cinematográfica que recibió. Una novela tensa, dura en ciertos momentos, pero que posee un encanto difícil de explicar.
9: Cementerio de animales, de Stephen King. La influencia de King se deja notar cada vez más a medida que se pierde el miedo a citarlo. Cementerio de animales es una radiografía social americana. No mi favorito de todos los de King, pero quizá el más gótico.
8: Burning your boats, de Ángela Carter. Como tal, esta antología de Carter no se ha publicado en España, pero sí la mayoría de cuentos que la componen. De Carter hay que decir que fue una de las grandes maestras del terror y la fantasía, con unos relatos oníricos y mágicos difíciles de igualar. Para quienes no la conozcan es probable que recuerden En compañía de lobos, una película basada en uno de sus mejores relatos.
7: La estación de la calle Perdido: New Weird en estado puro por parte de China Mieville, que acaba de ganar, creo que por tercera vez, el Arthur C. Clarke. La estación no es un libro sencillo y mezcla muchísimos conceptos.
6: La Trilogía de Gormenghast, de Mervyn Peake. Los libros de Titus. Vaya, esta no me la esperaba. Las aventuras de Titus Groan están inacabadas, no son una trilogía, y son un claro ejemplo de lo que hablábamos antes del «gótico contemporáneo», siendo una gran influencia en el mundo anglosajón, no tanto en países de habla hispana. Recomendable la miniserie televisiva del mismo nombre.
5: El corazón del ángel, de William Hjortsberg. Se habría quedado en una novela de culto sin la intervención del señor Alan Parker y su adaptación cinematográfica. Zafón dice que es el mejor thriller de misterio con elementos sobrenaturales jamás escrito. Casi estoy de acuerdo, pero algunas de las novelas de Connolly son mejores.
4: Pacto de sangre, de James M. Cain. Aquí me ha pillado el señor Zafón, he visto la película de Wilder pero no he leído el libro. Según él, una de las grandes novelas góticas en Los Ángeles, poseedora de una oscura belleza. Habrá que comprobarlo.
3: Santuario, de William Faulkner. Aquí nos vamos a uno de los grandes, así que Zafón apuesta seguro pese a que esta es una novela considerada menor por la crítica. Distinta al Faulkner de El sonido y la furia, es mucho más asequible que la mayoría de su producción.
2: Mysteries of Winterthurn de Joyce Carol Oates. Pues no sé qué decir, ya que no está publicado en español y no he tenido tampoco la oportunidad de leerlo en inglés. Según Zafón, Oates es la reina de la ficción gótica. Yo sólo me he leído de ella La hija del sepulturero y no me acabó de entusiasmar.
1: La maldición de Hill House, de Shirley Jackson. Uno de los grandes libros de terror del siglo XX, adaptado al cine con maestría, y que podría calificarse como el libro definitivo sobre casas encantadas. La novela tuvo una aureola “ocultista” debido al rumor -extendido por su propio marido, que hacía de Jackson una auténtica bruja.
Fuente: lecturalia:10 novelas góticas elegidas por Zafón. Alfredo Álamo el 10 de junio de 2010.
La casa de los siete tejados
Nathaniel Hawthorne
La casa de los siete tejados (The House of
the Seven Gables) es una novela de Nathaniel Hawthorne, publicada en
1851, y totalmente reconocida como la mejor novela norteamericana de
este período. Tiene lugar en la casa homónima de Salem, Massachusetts.
Una de las obras fundacionales de la literatura norteamericana. A
finales del siglo XVII, en una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, el
venerable coronel Pyncheon decide construirse una ostentosa mansión en
el lugar donde antes se había levantado la cabaña de Mathew Maule, un
hombre turbio que había sido condenado por brujería en un juicio
presidido por el coronel. De camino al cadalso, Maule había proferido
una maldición contra el coronel: «Dios le dará sangre para beber». El
día de la inauguración de la casa, el coronel muere repentinamente. Y
sus descendientes heredan la casa y el infortunio. Los autores de esta
novela son actores de un drama social, que va mostrando la ridiculez de
las posturas soberbias que desprecian a las personas humildes, quienes
piensan y actúan con total libertad, es decir fuera del orden puritano
establecido en la época. Al mismo tiempo, la prosa de Hawthorne, destaca
también el encanto de lo espontáneo, de la expresión personal libre del
autor, de las buenas obras, e incluso de la seriedad religiosa
desarrollada con sincera espiritualidad.
Emilio Carrere, mujeriego, actor
aficionado, frecuentador de cafés nocturnos y casas de mala nota, además
de experto en ocultismos varios y necrófilo, formó parte -por propia
elección- de la excéntrica bohemia madrileña de principios de siglo. Las
fuentes literarias de las que bebían tanto él como otros compañeros de
viaje se encontraban allende los Pirineos y más aún del otro lado del
océano. Unas aguas de oleaje profuso, elevado y espumoso, que se
hallaban contaminadas por el modernismo rubendariano, el decadentismo
finisecular y la poética simbolista de Verlaine, Mallarmé y Rimbaud. La
torre de los siete jorobados, que el propio Carrere había enfocado como
folletín de aventuras en el que lo policiaco, lo pseudocientífico y lo
sobrenatural se unieran para imitar, con un toque peculiar de humor
castizo, a los Leroux, Motta, Le Rouge o La Hire, se alimenta -de forma
excéntrica al realismo literario español- de luchas en el medio astral
entre voluntades opuestas, de bandas de falsificadores jorobados, de
aparecidos y de sabios un poco locos, y hasta de… ¡una ciudad perdida
bajo los suelos de Madrid! El lector de esta novela revivirá con ella
aquellos días -hoy casi perdidos- de una cierta inocencia literaria y de
un más perdido aún sentido de la maravilla.
En plena decadencia de la novela gótica,
cuando ya parecía que sus recursos estaban totalmente explotados,
apareció como un canto de cisne la obra cumbre del género, «Melmoth el
errabundo», escrita por un excéntrico clérigo irlandés Charles Robert
Maturin (1782-18 24). Publicada en 1820, esta obra lleva a su cima la
representación de la concepción gótica de la existencia, subrayando los
aspectos más terribles y problemáticos de la vida humana, sin
concesiones. Su protagonista, Melmoth, una especie de Fausto y
Mefistófeles, después de haber sellado un pacto con el Diablo, logra que
su vida se prolongue indefinidamente, lo cual le convierte en un ser
cuyo tormento no tiene fin, y sólo podrá librarse de su condena cuando
encuentre a alguien dispuesto a asumir tal destino. Su errancia le
conduce a los lugares más siniestros creados por el hombre: cárceles,
manicomios, los tribunales de la Inquisición… «Melmoth el errabundo» se
erige como un monumento a una visión infernal del destino humano, en el
que sólo existe un acto eternamente repetido: el descenso y hundimiento
en el abismo.
Drácula
Bram Stoker
Drácula es una novela publicada en 1897
por el irlandés Bram Stoker, que ha convertido a su protagonista en el
vampiro más famoso. Se dice que el escritor se basó en las
conversaciones que mantuvo con un erudito húngaro llamado Arminius
Vámbéry, y que éste fue quién le habló de Vlad Drăculea. La novela,
escrita de manera epistolar, presenta otros temas, como el papel de la
mujer en la época victoriana, la sexualidad, la inmigración, el
colonialismo o el folklore. Como curiosidad, cabe destacar que Bram
Stoker no inventó la leyenda vampírica, pero la influencia de la novela
ha logrado llegar al teatro, el cine y la televisión. “Los seres que
llamamos vampiros existen. Algunos de nosotros tenemos pruebas
irrefutables de ello”. Ha pasado más de un siglo desde que el profesor
Van Helsing, uno de los protagonistas de Drácula, pronunciara estas
palabras, y el mito sigue vivo gracias a la capacidad sobrenatural del
hombre-vampiro para mutar y adaptarse a los nuevos tiempos: infinidad de
películas, musicales, cómics, etc., así lo atestiguan. Esta nueva
edición de Drácula, profusamente anotada desde un punto de vista
histórico y crítico, intenta acercar al lector a sus diferentes niveles
de lectura, al tiempo que presenta numerosos documentos y añadidos de
interés que la convierten en la más completa publicada hasta la fecha en
nuestro país.
Pues bien, vamos a comentar esas diez novelas que a Zafón le parecen destacables, entre las que hay pequeñas joyas desconocidas para el gran público en lengua española. Empecemos de 10 a 1.
10: Déjame entrar, de John Ajvide Lindqvist. Esta novela fue la revelación del terror europeo el año pasado gracias, en buena parte, a la excelente adaptación cinematográfica que recibió. Una novela tensa, dura en ciertos momentos, pero que posee un encanto difícil de explicar.
9: Cementerio de animales, de Stephen King. La influencia de King se deja notar cada vez más a medida que se pierde el miedo a citarlo. Cementerio de animales es una radiografía social americana. No mi favorito de todos los de King, pero quizá el más gótico.
8: Burning your boats, de Ángela Carter. Como tal, esta antología de Carter no se ha publicado en España, pero sí la mayoría de cuentos que la componen. De Carter hay que decir que fue una de las grandes maestras del terror y la fantasía, con unos relatos oníricos y mágicos difíciles de igualar. Para quienes no la conozcan es probable que recuerden En compañía de lobos, una película basada en uno de sus mejores relatos.
7: La estación de la calle Perdido: New Weird en estado puro por parte de China Mieville, que acaba de ganar, creo que por tercera vez, el Arthur C. Clarke. La estación no es un libro sencillo y mezcla muchísimos conceptos.
6: La Trilogía de Gormenghast, de Mervyn Peake. Los libros de Titus. Vaya, esta no me la esperaba. Las aventuras de Titus Groan están inacabadas, no son una trilogía, y son un claro ejemplo de lo que hablábamos antes del «gótico contemporáneo», siendo una gran influencia en el mundo anglosajón, no tanto en países de habla hispana. Recomendable la miniserie televisiva del mismo nombre.
5: El corazón del ángel, de William Hjortsberg. Se habría quedado en una novela de culto sin la intervención del señor Alan Parker y su adaptación cinematográfica. Zafón dice que es el mejor thriller de misterio con elementos sobrenaturales jamás escrito. Casi estoy de acuerdo, pero algunas de las novelas de Connolly son mejores.
4: Pacto de sangre, de James M. Cain. Aquí me ha pillado el señor Zafón, he visto la película de Wilder pero no he leído el libro. Según él, una de las grandes novelas góticas en Los Ángeles, poseedora de una oscura belleza. Habrá que comprobarlo.
3: Santuario, de William Faulkner. Aquí nos vamos a uno de los grandes, así que Zafón apuesta seguro pese a que esta es una novela considerada menor por la crítica. Distinta al Faulkner de El sonido y la furia, es mucho más asequible que la mayoría de su producción.
2: Mysteries of Winterthurn de Joyce Carol Oates. Pues no sé qué decir, ya que no está publicado en español y no he tenido tampoco la oportunidad de leerlo en inglés. Según Zafón, Oates es la reina de la ficción gótica. Yo sólo me he leído de ella La hija del sepulturero y no me acabó de entusiasmar.
1: La maldición de Hill House, de Shirley Jackson. Uno de los grandes libros de terror del siglo XX, adaptado al cine con maestría, y que podría calificarse como el libro definitivo sobre casas encantadas. La novela tuvo una aureola “ocultista” debido al rumor -extendido por su propio marido, que hacía de Jackson una auténtica bruja.
Fuente: lecturalia:10 novelas góticas elegidas por Zafón. Alfredo Álamo el 10 de junio de 2010.
Me gustaría añadir un par de títulos que leí a partir de las películas:
LOS SIN NOMBRE RAMSEY CAMPBELL.
Cinco
años después del asesinato de una niña, cuando ya su madre parecíia
haber empezado a estabilizarse de nuevo, una llamada telefónica vuelve a
sacudir su existencia: Mamá, soy yo... Ven a buscarme. ¿Dónde se
encuentra? ¿Quién la ha mantenido en su poder? La madre inicia una
búsqueda desesperada, la búsqueda de una verdad aterradora que ha
permanecido dormida hasta ahora: un grupo de gente oculta que rechaza su
propio nombre, la ciencia empírica del mal, casas abandonadas y
aisladas que esconden cosas, secretos... Una trampa de maldad
abominable.
El director catalán Jaume Balagueró se basó en esta novela para su película del mismo título protagonizada por Emma Vilarasau.
El director catalán Jaume Balagueró se basó en esta novela para su película del mismo título protagonizada por Emma Vilarasau.
LA SEMILLA DEL DIABLO. IRA LEVIN
Una
novela escalofriante que se convirtió en una extraordinaria película
dirigida por Roman Polanski y en miniserie de televisión.
Rosemary Woodhouse y su marido se mudan al edificio Bramford. Poco después de que él consiga un importante papel en Broadway, Rosemary queda embarazada y empieza a sospechar que sus vecinos no son lo que parecen
Ira Levin, aclamado novelista y autor dramático, publicó Las mujeres perfectas, Acosada, Los niños de Brasil y la aclamada La semilla del diablo, entre otros éxitos.
Rosemary Woodhouse y su marido se mudan al edificio Bramford. Poco después de que él consiga un importante papel en Broadway, Rosemary queda embarazada y empieza a sospechar que sus vecinos no son lo que parecen
Ira Levin, aclamado novelista y autor dramático, publicó Las mujeres perfectas, Acosada, Los niños de Brasil y la aclamada La semilla del diablo, entre otros éxitos.
MEJORES LLIBROS DEL 2019
Parece obligatorio al acabar el año realizar la lista de los mejores libros, es una tarea un tanto estúpida, nunca están los que son y para gustos los colores, pero no me he podido escapar a la tarea de realizar la "dichosa lista", pero para ello he echado mano de fuentes más sabias que las mías y os propongo la selección de diferentes medios que me parecen fiables.
jueves, 2 de enero de 2020
SHIRLEY JACKSON: SIEMPRE HEMOS VIVIDO EN EL CASTILLO
«Merricat, dijo Connie, ¿una taza de té querrás?
Oh, no, dijo Merricat, me envenenarás.
Merricat, dijo Connie, ¿quieres ir a dormir?
¡Bajo tierra te vas a pudrir!»
Oh, no, dijo Merricat, me envenenarás.
Merricat, dijo Connie, ¿quieres ir a dormir?
¡Bajo tierra te vas a pudrir!»
Shirley Jackson
Shirley
Jackson (San
Francisco, 14 de diciembre de 1916-North Bennington, 8 de agosto de 1965) fue
una cuentista y novelista estadounidense especializada en el género de terror.
Fue popular durante su vida y en los últimos años su obra ha recibido una
creciente atención por parte de la crítica. Influyó grandemente en autores como
Joanne Harris, Stephen King, Nigel Kneale, Neil Gaiman
y Richard Matheson o la británica Sara Waters.
El
crítico literario Stanley Edgar Hyman, marido
de Jackson, escribió en el prefacio de la antología póstuma de su obra que "ella rechazaba ser entrevistada,
explicar o promover su trabajo de cualquier forma, o tomar posiciones públicas
y ser la experta de los suplementos del domingo. Ella creía que sus libros
hablarían por ella lo suficientemente claro a lo largo de los años".
Hyman insistía en que las visiones oscuras encontradas en el trabajo de Jackson
no eran, como algunos críticos decían, un producto de sus "fantasías
personales, incluso neuróticas", sino que más bien comprendían "una anatomía sensible y fiel" de la
era de la Guerra Fría en la que vivió, "símbolos
adecuados para [un] angustioso mundo del campo de concentración y la Bomba".
A
pesar de que Jackson decía haber nacido en 1919 debido a la presión social por
estar casada con un hombre más joven, los registros de nacimiento recogían que
vino al mundo en 1916. Su relación con su madre fue tensa y se veía a menudo
incapaz de encajar con otros niños y pasaba mucho tiempo escribiendo, para
angustia de su madre. En uno de sus ensayos escribe: “Cuando empezaba a escribir historias y esconderlas en el escritorio
solía pensar que nadie había estado nunca tan solo como yo estaba, y solía
escribir sobre gente solitaria… Pensaba que yo estaba loca y que escribiría
sobre cómo los únicos sanos son quienes están condenados como locos y cómo el
mundo es cruel y estúpido y temeroso de la gente que es diferente”. Su voz
recuerda a la de Merricat, solitaria, infantil, defensiva.
Tras
casarse con el crítico literario Stanley Edgar Hyman, el único hombre que se
había fijado en ella, Jackson se convirtió en el ama de casa tradicional de
mediados de siglo. En esa época escribía ensayos ligeros para revistas
femeninas y crónicas familiares que llegó a materializar en dos libros
autobiográficos sobre la crianza de sus hijos: Life Among the Savages (1953) y Raising Demons
(1957). La intelectualidad de la época la menospreciaba por las piezas que
escribía para revistas femeninas
como «Good Housekeeping», «Mademoiselle», «Woman’s Day» o «Woman’s Home
Companion». Se trataba, en realidad, de autorretratos cómicos que Jackson
pergeñaba, en parte por diversión y en parte para mantener a su familia. «A
muchos críticos les costaba imaginar que “La
lotería” y “Aquí estoy, lavando
platos de nuevo” pudieran haber salido de la misma máquina de escribir
Royal.
Shirley Jackson, con sus cuatro hijos y el perro, en su domicilio en 1956. - ERICH HARTMANN / MAGNUM |
Según
los biógrafos de Jackson, el matrimonio estuvo plagado de infidelidades de
Hyman. Él controlaba la mayoría de los aspectos de la relación, obligando a
Jackson a aceptar sus infidelidades y controlando las finanzas (le entregaba a
Jackson partes de lo que ella misma ganaba según su criterio), a pesar de que
el éxito de La Lotería y sus trabajos posteriores hicieron que ganase
mucho más que él. También insistió en que ella criara a los niños y se
encargase de todas las tareas domésticas. Ella adolecía de este trato condescendiente
en su papel de mujer de profesor y del ostracismo al que la condenaron los
habitantes de North Bennington, sintiéndose oprimida por su marido y ambiente.
Su desagrado ante la situación condujo a un creciente abuso del alcohol, los
tranquilizantes y las anfetaminas, influenciando los temas de gran parte de su
trabajo posterior.
Según
revela su más reciente biografía, «Shirley
Jackson: A Rather Haunted Life», escrita por Ruth Franklin,
la autora sufría, desde niña, depresión,
ansiedad y agorafobia. De hecho, en los últimos meses de su
vida fue incapaz de salir de su habitación. En 1965, Shirley Jackson murió de
un ataque al corazón mientras dormía, a la edad de 49 años.
Tenía sobrepeso y fumaba mucho, por lo que había sufrido durante años
problemas de salud relacionados con estos dos problemas. Cerca del final de su
vida, Jackson acudía al psicólogo para tratar su ansiedad severa, que la había
mantenido en casa prácticamente todo el año anterior. El
doctor le prescribió barbitúricos, en un tiempo en el que se consideraba un
fármaco seguro e inofensivo. Durante muchos años antes, Jackson recibió
prescripciones periódicas de anfetaminas para perder peso, que pudieron haber
agravado inadvertidamente su ansiedad, dejándola en un círculo de abuso de fármacos
en el que tomaba los dos medicamentos para contrarrestar el efecto de cada uno.
Algunos de estos factores, o una combinación de los dos, pueden haber
contribuido al declive de su salud y su prematura muerte.
A
Jackson le gustaba decir que era una bruja, hablar con los gatos, coleccionar
libros de ocultismo, visitar casas antiguas. Era rara. Como su
literatura. Quizá por eso hayan tenido que pasar tantos años para ser apreciada.
Obra
Escribió
seis novelas, más de cien relatos, dos libros autobiográficos y media docena de
escritos infantiles, además de varios ensayos. Su primera novela fue The Road Through the Wall
(1948), donde podemos observar como su estilo y modus operandi se abren paso,
en su relato descriptivo de una pequeña ciudad de América, convirtiéndola por
temática casi en una pieza complementaria de “La Lotería”. Para publicitarla se
les ocurrió a sus editores afirmar que su autora había practicado brujería, cosa que molestaba a Jackson ya que pensaba que
banalizaba su trabajo.
Un cuento tremendo
Y
no se concibe un artículo sobre la autora sin recordar el cuento que la haría
famosa, o más bien desagradablemente famosa, y que durante muchos años la
acompañó como coletilla escandalosa. Jackson fue ‘la’ autora de ‘La lotería’.
Un relato extremo, que hoy integra el volumen ‘Cuentos escogidos’ y
que su nieto Miles Hyman convirtió en un cómic de apariencia feliz (Nórdica). A Jackson ‘La lotería’ la
marcó a fuego. Aunque ella publicaba para revistas
femeninas como hemos señalado y cuando las revistas femeninas recogían artículos
de autores de renombre, también lo hacía
en el ‘New Yorker’. Allí en 1948 apareció el relato y a los ‘buenos’ burgueses
que lo leyeron se les indigestó el día, ante lo que interpretaron como una
agresión al buen gusto. Como escribió Joyce Carol Oates en el prólogo a sus
cuentos: “'La lotería' sugiere que la clase media norteamericana, sin ir más
lejos, los lectores del ‘New Yorker’, no tienen una mentalidad tan diferente a
los linchadores nazis”. Tampoco hay que olvidar que el cuento, un cuento sobre
la lapidación, apareció en plena fiebre mcarthista. La publicación causó tanto
revuelo que varios centenares de lectores se dieron de baja en la subscripción
y la autora recibió una buena dosis de odio, lo menos indicado para una
sensibilidad más bien inestable.
Otras
novelas fueron: Hangsaman (1951), The Bird's Nest (1954), The
Sundial (1958) y La maldición de Hill House (1959), esta última una
adaptación moderna de la clásica novela
gótica. Narra la
historia de un científico y filósofo que lleva años entregado al estudio de las
perturbaciones psíquicas que se dan en las casas encantadas, hasta que oye
hablar de Hill House. Decide alquilarla y reunir un pequeño equipo para
intentar recabar pruebas, viviendo experiencias alucinantes. La obra representa
muy bien el estilo de su autora: nunca estridente ni sensacionalista, su voz
narrativa es serena, hasta fría emocionalmente, pero exquisitamente precisa en
su imaginería y en la elección de vocablos. La maldición de Hill House ha sido considerada por
autores como Stephen
King, como una de
las más importantes obras de horror del siglo XX.
Netflix nos presenta una serie basada en el tema de la casa encantada. Sirviéndose de flashbacks, una familia rota se
enfrenta a los perturbadores recuerdos de su viejo hogar y de los terroríficos
eventos que hicieron que lo abandonaran.
Protagonizada por:Michiel Huisman,Carla Gugino,Timothy
Hutton
Creada por:Mike Flanagan
TRAILER:
SIEMPRE HEMOS VIVIDO EN EL CASTILLO
Traducción de Paula Kuffer Dinerstein. Barcelona:
Minúscula, 2012.
Una buena historia de terror no necesita magia, ni monstruos, ni
sangre para producir escalofríos; la perversidad del ser humano,
trabajada con esmero, es más que suficiente. Siempre hemos
vivido en el castillo (1962), su última novela,
se sirve de una poderosa voz narrativa, la de Mary Katherine (Merricat)
Biackwood, una niña inteligente, singular y... cruel. El
peso de la obra está en sus palabras, en la forma de contar
su verdad. Todo lo que se necesita saber sobre ella se resume en ese primer párrafo brillante con el que se presenta: Merricat vive con su hermana
Constance, a la que adora, con su anciano tío Julián y su gato Jonas en un caserón apartado
del pueblo más próximo. Tiene unas costumbres peculiares
(por algo es tan singular) y el resto de sus familiares murieron por
envenenamiento.
Y nada mejor
que sus palabras para definirse:
Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi
hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido
una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he
tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni
el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita
phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.
Y la voz de la protagonista, Mary Katherine Blackwood,
Merricat, quien cuenta cómo se siente odiada por los habitantes del pueblecito
en contraste con la felicidad que le procura su aislamiento en la mansión. A
través de su voz, el lector comprende que algo extraño ocurre con Merricat y su
familia, que algo no está bien, desde el principio. Es la maestría de Shirley
Jackson dando voz a su protagonista la clave de esta historia de miedo que
resulta fascinante desde su primer párrafo hasta su opresivo (in crescendo)
desenlace. Los peculiares personajes de la historia proyectan su pasado en la
clausurada mansión Blackwood, que se conserva inquietantemente igual que el
último día en el que toda la familia estuvo reunida bajo su techo. Esa
sensación opresiva de aislamiento y cautividad acompaña al lector durante toda
la historia y contribuye, como magnífico telón de fondo, a intensificar la
atmosfera de miedo y suspense de este clásico de la literatura. No espere el
lector, ningún elemento sobrenatural en esta novela sino la incertidumbre y el
horror de la maldad humana (a veces producto del apasionamiento del momento,
otras, calculada y mezquina como la naturaleza del primo Blackwood) y la
desconcertante inocencia de su narradora.
Jackson plantea el tema del aislamiento —ella misma padeció agorafobia y neurosis, y ya trató el asunto en una novela anterior, La maldición de Hill House (1959)— como eje del comportamiento de las hermanas. Merricat, a pesar de ser
la pequeña, mueve los hilos del hogar, y lo hace con un único propósito: conseguir que todo siga igual.
Ella y Constance, juntas para siempre, juntas en su castillo. Ese «para siempre» es su obsesión, el fin que
justifica el control que ejerce en la mansión. Las
salidas al pueblo para comprar lo necesario están calculadas
al milímetro; el contacto con los lugareños nunca va más allá de las fórmulas de
cortesía, no se divierte con ellos, no hace amigos. De hecho, en la localidad
no quieren
mucho a las Biackwood por lo que ocurrió en el
pasado. Las jóvenes llevan una dinámica que se retroalimenta por ambas partes: el encierro voluntario y
la hostilidad de la gente (un espléndido retrato del trastorno, por un
lado, y de hasta dónde pueden llegar los prejuicios, por el
otro). Al menos, viven así hasta que ocurre algo que aviva el miedo
al cambio de la narradora.
Lo único cercano al fenómeno paranormal son las supersticiones
de Merricat y
sus pequeñas prácticas de magia, pero no importan, porque la
fuerza de Siempre hemos vivido en el castillo reside en la psicología de la protagonista, su ambigüedad, su
complejidad, su ironía. Merricat, un personaje redondo,
ingenuo y maquiavélico a la vez, lleno de aristas que se
desvelan con sutileza en su discurso.
Merricat, inolvidable. La tensión no nace de
los hechos, sino de la patología desde la que se miran, una patología en la que el lector entra de inmediato, porque para leer
este libro hay que llenarse de Merricat y dejarse guiar por ella, jugar con
ella. Solo así se puede entender la implicación emocional subyacente en la intriga de la novela. Jackson, como buena
escritora meticulosa, aprovecha cada frase, cada palabra, para construir una
historia breve en la que todas las piezas del engranaje funcionan. Ahí está el verdadero miedo, el verdadero terror
psicológico: en la fascinante personalidad de Merricat. Ahí están las razones por las que Siempre
hemos vivido en el castillo es una auténtica obra maestra.
De
la mano de sus obras, la autora profundiza cada vez con más interés en el
psiquismo de la mujer perturbada, siguiendo la estela de El papel amarillo de Charlotte
Perkins Gilman o Jane
Eyre de Charlotte Brontë. De hecho, ha sido calificada como
proto-feminista debido a que, antes del auge del feminismo en los años 60, ya
describe el angustioso mundo femenino como una expresión metafórica de la
soledad desesperada de una mujer soltera en una sociedad en la que un marido
era esencial para la aceptación social. Años después de Jackson, la feminista
Betty Friendan definirá al ama de casa de 1950 como una “esquizofrénica
virtual”. Siempre
hemos vivido en el castillo da buena cuenta de esta cuestión.
Bordeando siempre la demencia, Constance, ama de casa perfecta, sueña con una
libertad a la que teme, conformándose con el único hombre al que tiene acceso,
Charles, o con una vida de dedicación a los demás. Al contrario, Merricat es la
“mujer lobo”, como ella misma se define, expresión de lo impulsivo, el deseo,
lo infantil, lo supersticioso, lo irracional, expresión del trastorno y, así,
de la libertad.
Durante
la novela se repiten las referencias a la brujería, la superstición y la magia.
Merricat toma objetos y los otorga un poder simbólico como armas frente al
opresivo mundo exterior. Constance y ella viven condenadas como lo estuvieron
las brujas de Salem (Jackson, por cierto, escribió un libro infantil titulado The Witchcraft of Salem Village
en 1956). La fama de Jackson al comienzo de su carrera, de hecho, fue provocada
porque sus editores, y ella misma, explotaron la idea de que practicaba la
brujería. Aunque finalmente fue desmentida ante la expectación que generó entre
el público, los críticos literarios de su tiempo desestimaron su labor como
escritora desplazándola al segundo plano de la parafernalia gótica de terror
barato. Durante estos años, llegó a ser apodada por el Time Magazine como
“Virginia Werewolf”. Este término guarda varios significados que se asocian con
la imagen pública de la escritora en sus tiempos: además de atreverse a
publicar sobre mujeres en un mundo masculino, era una persona rara, se
consideraba a sí misma una “bruja amateur” y no cumplía con el estereotipo
femenino de belleza. Ahora nos acercamos a comprender aún mejor su conexión
personal con Merricat, la mujer lobo.
Otra
de las lecturas de la obra es la que hace su marido en el libro anteriormente
mencionado La Magia
de Shirley Jackson. Mientras denuncia que se tome la literatura de
Jackson como una fantasía neurótica personal, defiende que sus obras son “una
anatomía fiel y sensible de nuestros tiempos, símbolos que encajan con nuestro
mundo angustiante de campos de concentración y la Bomba”. Masas de gente que
actúan movidas por un impulso irracional de destrucción, que efectúan actos de
violencia gratuita sin cuestionar el porqué, o el ataque gratuito de una
colectividad entera a la minoría, son escenas frecuentes en los años de la
Segunda Guerra Mundial y también en Siempre
hemos vivido en el castillo, entre otras obras de la escritora.
Quizás no estábamos tan desencaminados cuando comparábamos a Merricat con Anna
Frank. De hecho, Hyman, el marido de Jackson, era judío. Por esto mismo, ella
siempre se mostró en contra del antisemitismo y profundamente afectada por los
hechos acontecidos durante la Segunda Guerra.
PELÍCULA:
El 17 de
Mayo del 2018 llegó a los cines Siempre
hemos vivido en el castillo, adaptación de la novela de Shirley
Jackson y que tiene bastantes cosas en común con la citada La maldición de Hill House. Para
la ocasión, no han escatimado en gastos, como podemos observar por el cuidado
aspecto visual o el interesante reparto formado por Alexandra Daddario, Crispin Glover, Taissa Farmiga y Sebastian Stan. Dirige Stacie Passon, en su opera
prima tras hacer sus pinitos en diversos episodios televisivos de series como American Gods (2017-¿?) o The Punisher (2017-2019).
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