©Jaume Balagueró |
Cristina Campos nace en Barcelona en 1975. Es
licenciada en Humanidades por la Universidad Autónoma de Barcelona. Acaba sus
estudios en la Universidad alemana de Heidelberg, donde también trabaja como
coordinadora del Festival Internacional de Cine de dicha ciudad. Tras regresar
a su país natal empieza su carrera laboral en el sector cinematográfico. Desde
hace diez años, se dedica a la dirección de casting de largometrajes y series
de televisión. Actualmente compagina su trabajo en el sector audiovisual con su
pasión por la escritura. Pan de limón con semillas de amapola es su
primera novela.
Título: Pan de limón con
semillas de amapola
Autora: Cristina Campos
Editorial: Planeta
1ª edición: Enero/2016
Encuadernación: Tapa dura con
sobrecubierta
ISBN: 978-84-08-14953-8
Nº pág.: 414
Página de la editorial Planeta,
Pan
de limón con semilla de amapola nos cuenta la historia de dos
hermanas que tras 14 años se reencuentran. Marina y Anna han heredado una
panadería y un viejo molino de una mujer a la que no conocían y la aceptación
de la herencia y futura venta del inmueble lleva a Marina de vuelta a Mallorca,
lugar que sirve de telón de fondo para esta novela.
Bizcocho de Pan de limón con semilla de amapolas |
La trama de Pan de
limón con semillas de amapola comienza por el desenlace, o mejor
dicho, por una de las escenas que lo conforman. El narrador relata en lo que sería el prólogo (porque no figura titulado
como tal), el entierro de uno de los personajes, que planificó
cuidadosamente. A partir de ese
momento, empiezan a desencadenarse los episodios que desvelan al lector todo lo
que sucedió antes de este triste final de uno de los personajes que más peso
tienen a lo largo de los capítulos. Y así es cómo iremos conociendo la
historia de las dos hermanas, Marina
y Anna, separadas por el tiempo y la distancia, que verán cómo vuelven a retomar su relación tras recibir esa
misteriosa herencia. Esta novela, de unas 400 páginas, se
estructura en capítulos de duración media. En total son solo ocho, y todos
empiezan con una receta.
A lo largo de los capítulos el lector se encontrará con un claro predominio de los personajes femeninos, tanto principales como secundarios. Mediante saltos en el tiempo, conoceremos el pasado de los personajes que más peso tienen en la novela, sobre todo de las dos hermanas, a través de episodios que más tarde influirían en su futuro. De todos ellos conoceremos sus sentimientos y emociones, que en algunas fases de la narración harán que las relaciones se resientan, y en otras se producirán algunos enfrentamientos inevitables. Salvo Armando, el marido de Anna, y Mathias, la pareja de Marina, el resto de los personajes masculinos apenas tienen trascendencia; quizás sea Antonio, el que fuera novio de Anna en su juventud, quien destaque sobre estos últimos.
El elenco de personajes lo encabezan Marina y Anna quienes, pese a ser hermanas, son
muy diferentes. Marina
es una mujer de 45
años, independiente, trabaja como cooperante
de Médicos sin Fronteras en Etiopía, comparte su vida un otro médico
diez años menor, aunque estudió en los mejores
colegios y universidades, arrastra
un desarraigo y ha vivido toda su vida sin comprender el rechazo de su
madre y el porqué fue apartada de los suyos a los catorce años, el estudio en
las mejores universidades no la compensó nunca de la pérdida de su familia. Anna es la hermana mayor,
tiene 49 años y en pocas ocasiones ha salido de la isla. Lleva casada 25 años
pero es una relación que lleva mucho tiempo acabada. Su marido es un
egocéntrico que nunca tiene tiempo para ella ni para su hija. Además están
pasando por un momento económico muy delicado debido a ciertos problemas en el
negocio de su marido. Con su hija tampoco se entiende muy bien. Anna lleva
la vida que le fue inculcada por su madre, en la que las apariencias y el papel
para el que se supone la mujer está destinada tienen mucha importancia. Nunca ha vivido la vida que a ella le
hubiese gustado, sino la que la que los demás han querido. Del resto de personajes femeninos cabrñía señalar a Catalina y Úrsula: Catalina había trabajado en el horno de pan
del molino que heredaron las hermanas y Úrsula es una octogenaria germano-argentina,
que lleva años residiendo en Valldemossa. Las tres forman un curioso
triángulo que trabajarán codo con codo en el obrador del molino, pese a
lo cascarrabias que es la
valldemosina, quien tiene
un buen contrapunto en el carácter afable y buen humor de Úrsula.
Es una novela en la que la isla balear está muy presente
a lo largo de los capítulos, pese a que una parte de la trama transcurra en Etiopía y algunos episodios en
Barcelona. Pero es que, tanto la protagonista como su hermana llevan muy
adentro esa roca, como la llaman en algunas fases de la novela. Pero también el lector conocerá distintos rincones de la isla de Mallorca,
sobre todo Valldemossa, que
es la población que cambiará la vida de Marina, aunque también se sitúan
escenas en Palma y S´Estaca, en donde tendrán algunos episodios de la juventud de Anna. Aunque
las escenas más impactantes se situarán en Etiopía, en donde el narrador
omnisciente nos mostrará la labor
de la protagonista como cooperante de Médico Sin Fronteras. En Valldemossa conoceremos la idiosincrasia
de sus habitantes, perfectamente reflejada por la autora, y el embrujo que provoca en quienes se acercan
por primera vez a esta población de la sierra de la Tramontana
porque, como dice uno de los personajes: «Es difícil
entrar en Valldemossa, pero más difícil es salir»(pág. 142). Ese embrujo del que hablo lo asociaría también a la influencia
que tiene sobre los habitantes de Valldemossa el hecho de que el horno de pan
vuelva a estar activo, y la fama que tenía entre sus habitantes ese pan de
limón con semilla de amapola, que se extendía fuera de la isla, y con el
que los nuevos propietarios querían también agasajar a sus clientes. La anterior
propietaria del molino atraerá la atención del lector, porque a Marina le
costará mucho trabajo que le desvelen su identidad, ante el hermetismo que
muestran los habitantes de Valldemossa a la hora de averiguar quién era la
anterior propietaria de su herencia, lo que provocará que no descubra ese
misterio que tanto les preocupa no se resuelva hasta que nos acerquemos al
desenlace.
Valdemossa-Mallorca |
Creo que en “Pan de limón con semillas de amapola” existen dos historias que no se complementan nada bien: la de la hermana cooperante que, para mí, es la más original e interesante. Y la de la hermana ama de casa que está plagada de clichés y no aporta nada nuevo, solamente un toque sentimentaloide que es empalagoso y muy previsible. Con el personaje de la cooperante se plantean dudas muy interesantes como, por ejemplo, volver a tus orígenes, hacer las paces con tu pasado, permitirte rectificar o cambiar tus prioridades en la vida, etc. Pero el otro personaje, el de la hermana, hace que la novela pierda ritmo, que esa esencia que se consigue con una, se pierda con la otra.