Foto © Maria
Teresa Slanzi
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Martin Amis (1949) estudió en
Oxford y colabora en revistas literarias y de carácter general. Es hijo del
también escritor Kingsley Amis. Debutó brillantemente como novelista
con El libro de Rachel,
galardonada en 1973 con el Premio Somerset Maugham, publicada en España por
Anagrama, al igual que Dinero, Campos
de Londres, La flecha del
tiempo, La información, Tren nocturno, Niños muertos, Perro callejero, La Casa de los Encuentros, La viuda embarazada y Lionel Asbo. El estado de Inglaterra, los relatos deMar gruesa, los ensayos de Visitando a Mrs.
Nabokov, La guerra contra el
cliché y El segundo
avión y los libros de carácter
autobiográfico Experiencia y Koba el Temible, que
le consagraron como uno de los escritores más aclamados, nacional e
internacionalmente, de su generación.
Fuente: Anagrama
- La viuda embarazada (CM 605)
- Lionel Asbo. El estado de Inglaterra (PN 850)
- Campos de Londres (CM 208)
- Dinero (CM 45)
- El libro de Rachel (CM 158)
- Experiencia (CM 339)
- Koba el Temible (PN 577)
- La flecha del tiempo (PN 272)
- La guerra contra el cliché (A 297)
- La información (PN 350)
- Mar gruesa (PN 433)
- Niños muertos (PN 503)
- Perro callejero (PN 614)
- Tren nocturno (PN 395)
- Visitando a Mrs. Nabokov y otras excursiones (A 164)
- Perro callejero (CM 421)
- La Casa de los Encuentros (PN 687)
- La información (CM 477)
- El segundo avión (A 399)
- La Casa de los Encuentros (CM 500)
- Mar gruesa (CM 538)
- La viuda embarazada (PN 768)
- La flecha del tiempo (CM 546)
- Koba el Temible (CM 661)
- Tren Nocturno (EL 12)
- La Zona de Interés
Página del autor:
Noticias de Martin Amis en el País
Anagrama:
ISBN
|
978-84-339-7880-6
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EAN
|
9788433978806
|
PVP SIN IVA
|
19,13 €
|
PVP CON IVA
|
19,90 €
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NÚM. DE PÁGINAS
|
360
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COLECCIÓN
|
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CÓDIGO
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PN 850
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TRADUCCIÓN
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Jesús Zulaika
|
La novela fue publicada en castellano en 1914. El subtítulo, El estado de Inglaterra, responde a la intención de hacer extensivo su ácido análisis a la totalidad del país, cosa que, inevitablemente levantó ampollas, en el momento de su publicación despertó reacciones de signo muy encontrado por razones no necesariamente de orden literario. No a todo el mundo le gusta que se aireen con tanto desenfado las lacras de una nación que Amis no se cansa de decir que hace mucho que entró en un declive irreversible. Divertida, de una potencia narrativa y una capacidad de invención lingüística a la altura de los mejores momentos de su trayectoria, la novela número 13 de Martin Amis hunde sus raíces en una tradición dickensiana que conjuga una sagaz capacidad de observación con un humor y una ferocidad satírica en deuda directa con el mismísimo Swift.
El inicio
de la novela ya es una declaración de intenciones:
Querida Jennaveive:
Estoy teniendo una aventura con una mujer mayor. Es una dama de cierta
sofisticación, lo cual supone un cambio con respecto a las quinceañeras que
conozco…El sexo es fantástico y creo que estoy enamorado. Pero hay una
complicación grave y es la siguiente; ¡es mi abuela!
Más
adelante:
Su hijo, Lionel, es mi tío y cuando no está en la cárcel es como un
padre para mí. Tenga en cuenta que es un criminal terriblemente violento y si
descubre que me estoy acostando con su madre me mata. Joder. ¡Literalmente!
No hay concesiones ya sabemos que vamos a entrar en un mundo violento, depravado e hiperbólico. El inicio es pura provocación y mordacidad, y en esa línea seguirá la novela. El personaje que escribe la misiva es Desmond Pepperdine es un quinceañero, un adolescente sensible, amante de la lectura, que aspira a enamorarse de una mujer cariñosa y real en lugar de fantasear con tías buenas en webs porno. El chico está decidido a dejar atrás esa barriada inmunda por medio de la educación. Su objeto de deseo es su abuela Grace, quien tiene 39 años, se había quedado embarazada con doce años, tiene cinco hijos de padres distintos y a todos les puso el nombre de alguno de los Beatles. Nos vamos enterando de que el abuso al que somete a su miedo es la consecuencia de la prohibición que cae sobre ella, su tierno hijo Lionel le tiene prohibido mantener relaciones con hombres porque según él ya está mayor, así ella se esconde en relaciones pedófilas para escapar de la persecución de su hijo.
Y ya ha entrado en escena Lionel Asbo, el personaje de
quien lleva título la novela, tengo que decir que uno de los personajes
literarios más odiosos y antipáticos que conozco, Lionel Asbo es una mala
bestia, un delincuente que suda mucho, incluso sin actividad física, bebe
cerveza Cobra, y se parece a Rooney, el delantero de Manchester United. Tiene
dos perros, son dos pitbulls educados a las psicopatía y les da cerveza y
tabasco. Es un ser sin moral, ni remordimientos que te pega una paliza por el
simple hecho de tener una cara que no le gusta, un delincuente de tres al
cuarto que se gana la vida revendiendo objetos robados, extorsionando y dando
palizas por encargo. Entra y sale de la cárcel y para él es el mejor lugar
donde uno puede encontrarse. Cambió su apellido, Pepperdine, por Asbo
que es un acrónimo de “Anti Social Behavior Order”, recordemos lo aficionado
que es en crear estos acrósticos: DIFL, MIFL…
Con este personaje vive Des y le hace de
padre al morir su madre, más bien tendríamos que señalar que es un antipadre,
lo educa y le da valiosas
lecciones: desde instruirlo en las delicias del porno por Internet a explicarle
cómo alimentar a sus dos pitbulls con una dieta a base de Tabasco. Cuando Des está
escribiendo un poema (La reina de las hadas), Lionel le dice:
“¿La qué? A veces pienso que no tienes remedio,
Des. ¿Por qué no estás rompiendo cristales de ventanas? Eso no es sano”.
En eso nos recuerda a Dickens, el joven
muchacho en un ambiente hostil y dependiendo de un ser depravado. La relación
entre Des y Lionel es puro Oliver Twist, muchas de las calles que
aparecen en Diston tienen reminiscencia del autor de Grandes esperanzas: Steep Slope, Blimber
Road, Squeers Free, Cuttle Canal, Stung Meanchey, Jupes Lanes y un largo
etcétera…pero en la reelaboración de Amis ¿Estamos ante un homenaje a
Dickens o ante una parodia sangrante?
Y entonces ocurre lo inesperado, a Lionel
le toca la lotería, que por cierto le había rellenado Des, él está pasando una
temporada en la cárcel después de la que
se lio en la boda de su “amigo” y su “amor imposible” Gina, (esta palabra no concuerda con el mundo Asbo),
Amis no se está con tonterías y los excesos forman parte importante de esta
novela. Por otra parte parece ser que los que más juegan son los delincuentes, y
aquí tenemos a nuestro “ser sensible” convertido de la noche a la mañana en un
millonario, al leer estas páginas me vinieron a la mente esas imágenes de
ricachones millonarios bañándose en Moët & Chandon, entre rubias
recarchutadas y músculo descerebrado. En su caso el dinero no lo corromperá
porque ya está totalmente corrompido y tampoco parece preocuparle demasiado,
Lionel ya se cree el rey de su universo. Pero al ganar los catorce millones de
libras esterlinas en la lotería se convertirá en una celebridad nacional. “Supongo que esto prueba que Dios tiene
sentido del humor”, dicen antes de liberarlo. Después de algunas
exploraciones, Lionel se instala de manera casi permanente en el South Central
Hotel, “con el grueso de su clientela
integrado por ricos y famosos; y ninguno de ellos había llegado a serlo merced
a un logro del espíritu. Lionel, al fin, había dado con sus pares”
Duplica, en una loca espiral
de excesos y desenfreno, sus escándalos, su ejército de guardaespaldas, los
kilos de caviar deglutido y las venganzas en cadena dirigidas a oscuras sombras
de su pasado que un día le hicieron daño o le «faltaron» al respeto en algo.
Ahí estaría su antigua novia, la exuberante Gina, que le abandonó por su primo,
o esa legión de «pijas» maduras y viciosas que
ahora se le acercan y de las que dispone a su antojo, en siniestras ceremonias
de sadomaso.
Pero he de señalar que esta segunda parte en ocasiones me
parecía excesiva Lionel Asbo. El estado de Inglaterra es una novela con altibajos. No tanto por su calidad
literaria, como por ciertos momentos puntuales del argumento en los que uno se
pierde. Y no porque sea complicado, sino porque a veces no sabemos realmente
hacia dónde nos lleva y qué nos quiere mostrar el autor. ¿Nos está diciendo que
vivimos en una sociedad que no aprende de sus errores? ¿O tal vez que vivimos
en un mundo cuya moral está corrompida en todos los estratos y que se utiliza
cualquier medio para conseguir el éxito? ¿O nos está diciendo que cualquiera,
incluso el más bestia, puede tener un día de suerte y hacer que su vida cambie…
o no? Es difícil saberlo. Quizás sea un poco de todo lo anterior. Lo que está
claro es que esta es una novela que no deja indiferente.
El mismo autor comentó, en una entrevista
en el diario El País, que lo que ha conseguido con este libro es crear un
monstruo masculino. Y le damos la razón. Lionel Asbo es un compendio de
brutalidad, pocas luces y muy malas ideas que deambula por la novela
demostrando estar perdido fuera de su elemento. Es un ser con una capacidad de
herir a los demás, de utilizarlos a su antojo y de crear batallas campales en
el lugar menos indicado, que sorprende que en algún momento no esté entre
rejas.
La prosa de Amis suele ser clara en
términos de lenguaje, pero en Lionel Asbo, además, resulta divertida la manera
en que el narrador subraya todas las deficiencias del protagonista analfabeto,
así como la emulación del propio discurso de Lionel, quien siempre incurre en
alguna confusión de términos o en otra y tiene un estereotípico acento cockney.
Muchas de las bromas tienen relación directa con los juegos de palabras y los
dobles sentidos, y aunque en la traducción al español que presenta Anagrama
muchas se pierden, la obra no resulta menos efectiva. Después de todo, que Amis
y su novela sean tan irreverentes no sólo entretiene e intriga, sino que
también resalta ciertos aspectos culturales que, para bien o para mal, podrían
estar relacionados con ese mismo morbo del que la novela depende y con el que
prueba sus argumentos.
Y ¿Quién ha dejado entrar los perros? ¿Quién?
Quién?
This Is England es una película británica de 2006 escrita y dirigida por Shane Meadows, |
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