domingo, 11 de marzo de 2018

COLM TÓIBÍN, El testamento de María




Nuestras raíces son católicas. Educados en el seno de una cultura cristiana, hemos convivido cotidianamente con un montón de símbolos religiosos,  y Colm Tóibín ha puesto el foco en uno de ellos: la Virgen María. Y nos descubre que detrás de ese icono de la Virgen hay un ser humano, María de Nazareth. Una sencilla mujer de campo, cuyo único hijo le es arrebatado por una decisión divina que no comprende y por un terrible odio humano que le inflige el mayor de los dolores al clavarlo en una cruz.


Este es el punto de partida de la obra que hemos leído, espero que nadie se sienta ofendido por la humanización de un personaje sagrado como es el de la Virgen María, aunque creo que el autor la dota de un sentimiento que si bien la desposee de santidad,  la carga de dolor y amor que está presente en toda la iconografía religiosa, desde la Pietá de Miguel Angel hasta las vírgenes de los pasos de semana santa, siempre ha habido un interés artísticos por representar el dolor de la madre ante la muerte y el sufrimiento de su hijo por muy enviado de Dios que sea. 

La pietá de Miguel ängel
Piedad de Roettgen principios del siglo XIV
Nuestra Señora de las Angustias. Guillermo Doncel. S. XVI. Iglesia Santa Nonia de León.

Nuestra Señora del Mercado, Antigua del Camino. Viernes de Dolores 2014.



Hay varias versiones del relato de Tóibín, la primera fue escrita por el autor irlandés para Meryl Streep, quien, finalmente, lo acabó sacando en una especie de videobook. La novela The testament of Mary (2012) se gestó como resultado del montaje del monólogo Testament –escrito por el propio Tóibín– que dirigió Garry Hynes en el Festival de Teatro de Dublín, siendo Marie Mullen la protagonista de aquella producción. La exitosa premier norteamericana tuvo en 2013 un montaje dirigido por Debora Warner en el teatro Walter Kerr de Broadway, interpretado por Fiona Shaw en Nueva York,  actriz fetiche de la famosa directora, a partir de este material, Tóibín se decidió a publicarlo en forma de novela —editada en España por Lumen—. Fue un acierto elegir a Tóibín para este texto: un hombre criado en un pueblo pequeño de Irlanda y muy cercano  de la cultura católica, pero a la vez un intelectual dotado, capaz de dar una vuelta de tuerca al discurso de esta figura 
FUENTE:La Virgen baja a la tierra. Frente al sobrecogedor texto de Colm Tóibín 'El testamento de María', aúnan fuerzas Agustí Villaronga, en su debut como director teatral, y Blanca Portillo, en su primer monólogo.

Colm Tóibín en el Texas Book Festival de 2006
Colm Tóibín

PÁGINA OFICIAL DEL AUTOR: Colm Tóibín Official Website

Notable novelista y periodista irlandés. Colm Tóbin desciende de una familia republicana Irlandesa, su abuelo, Patrick Toibin, fue miembro del Irish Republican Army (IRA), al igual que su tío abuelo Michael Tobin. Patrick Tobin participó en 1916 en la rebelión en Enniscorthy y como consecuencia fue encarcelado en Frongoch en Gales. El padre de Colm Tóibín era profesor y tuvo estrecho contacto con el partido Fianna Fáil de Enniscorthy. Creció en Wexford siendo el pequeño de cinco hermanos y estudió en el St. Peter’s College, donde estuvo interno durante los años 1970-1972. En 1975 se licenció en Historia y Lengua Inglesa en el University College de Dublín y se mudó a vivir a Barcelona hasta que regresó a Dublín en 1978.
Se dedicó al periodismo como corresponsal en varias ciudades europeas y fue editor de la revista Magill hasta 1985, también consiguió fama trabajando como crítico literario, al igual que ha impartido docencia en importantes Universidades como Princeton. Obtuvo un doctorado honorario por la Universidad del Ulster en el año 2008 por su contribución a la literatura irlandesa contemporánea.
Su primera novela se publicó en 1990 bajo el nombre de The South, donde plasma sus vivencias durante su estancia en Barcelona. Su vinculación con Catalunya ha sido estrecha, como ya hemos mencionado,  se instaló en 1975 en Barcelona donde fue profesor de inglés durante tres años, publicó Homenaje a Barcelona el libro en inglés en 1988. El libro traza un recorrido por algunos de los detalles más significativos de la historia catalana y explica las claves del nacionalismo catalán. Asimismo, dedica tres capítulos monográficos a tres artistas reconocidos internacionalmente y vinculados a Barcelona como son los pintores Joan Miró y Pablo Picasso y el arquitecto Antoni Gaudí. En 1975, cuando Tóibín llegó a la ciudad contaba con tan sólo 20 años y, según recordó, "entonces no conocía nada de Catalunya y tan sólo había leído el Homenaje a Catalunya de George Orwell". La ciudad se reveló para el autor como un "escenario de colores, sabores y olores nuevos" para un joven que "no había salido nunca de Irlanda", según ha declarado.
Autor de novelas y cuentos, sus narraciones son precisas, directas y con temas originales, ahondando en la introspectiva de sus personajes.
Se basa en temas repetitivos como la descripción de la sociedad irlandesa, la vida en el extranjero, el proceso de la creación y la preservación de la identidad personal, enfocándose principalmente en las identidades homosexuales, ya que el autor es abiertamente gay, pero también sobre la identidad frente a la pérdida. Ha recibido numerosos premios como el Encore Award (1993), Premio Booker (2004)…
Actualmente sigue trabajando como periodista tanto en Irlanda como en el extranjero mientras sigue escribiendo sus creaciones.

Libros de Colm Tóibín

·        Nora Webster 2016
·        El testamento de María 2014
·        Nuevas maneras de matar a tu madre 2013
·        Brooklyn 2010 (2016)
·        El faro de Blackwater 1999 (2007)
·        Crónica de la noche 1997
·        El brezo en llamas 1994
·        El Sur 1990
·        Homenaje a Barcelona 1990 (2004)

La casa de la Virgen en Éfeso

La obra se inicia no lejos de Éfeso, dominando un hermoso valle de vegetación mediterránea, se encuentra, según la leyenda, la última casa donde habitó la Virgen María. La Casa Virgen María es un lugar religioso cristiano cerca de Éfeso, a siete kilómetros de Selçuk, donde, según la tradición, Juan el Evangelista llevó a la Virgen María después de la crucifixión de Cristo, huyendo de la persecución en Jerusalén. La religiosa alemana Ana Catalina Emmerick habría tenido una visión de María, en su casa, sin nunca haber visitado el lugar, cuya descripción fue publicada, posteriormente, por el escritor Clemens Brentano.   Con esta descripción, los padres paúles H. Jung y Eugene Poulin organizan una expedición en 1891. Hallándose en la región de Degirmerdere y muertos de sed, preguntan a unos paisanos donde pueden encontrar algo de agua, y conducidos a un arroyuelo, se aparece ante sus atónitos ojos una casa que coincidía perfectamente con la descripción realizada por la monja alemana, y que, para colmo de las coincidencias, tiene en el ábside una estatua de la Virgen María, lo que obliga a aceptar la existencia de una tradición inveterada y probablemente ininterrumpida en el lugar. Analizada por los arqueólogos, se llega a la conclusión de que se trata de una edificación del s. I d.C., sobre la que en el s. IV se habría superpuesto una pequeña iglesia. A partir de ahí, comienza el proceso de reconocimiento de la reliquia. En 1950, el dogma de la Asunción de Maria fue definido en Roma por el Papa Pío XII. Desde ese momento, el número turistas y peregrinos ha ido aumentado cada año.  
La versión de una Virgen María que habría vivido en Efeso una vez que su hijo desaparece de este mundo, es sólo una de las dos que sobre el tema existen en la tradición cristiana. La otra sitúa a la Virgen en Jerusalén, donde habría vivido sin solución de continuidad hasta el momento de su muerte. Concentrándonos en la versión que aquí nos ocupa, a saber, la de que María se habría desplazado a Efeso donde habría pasado buena parte de su vida e incluso habría terminado sus días sobre la tierra, está estrechamente relacionada,  con el mandato que Jesús da al apóstol San Juan (y que por cierto, sólo se recoge en el Evangelio del propio Juan) en sus momentos finales sobre la cruz, cuando le dice: “Ahí tienes a tu madre”, aclarando el evangelista que “desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn. 19, 27).

LA OBRA:




  • Título: El testamento de María
  • Autor (es): Colm Tóibín
  • Traductor: Enrique Francisco Juncosa Cirer
  • Sello: LUMEN
  • Precio sin IVA: 8.26 €
  • Precio con IVA: 9.99 €
  • Fecha publicación: 02/2014
  • Idioma: Español
  • Formato, páginas: E-BOOK EPUB, 128
  • Medidas:   mm
  • ISBN: 9788426400680
  • EAN:  
  • Temáticas: Literatura contemporánea
  • Colección: Lumen
  • Edad recomendada: Adultos



Jesús de Nazaret ha muerto crucificado y dos de sus seguidores se ocupan de su madre María, aunque sus intenciones son otras: “Me cuidan, me interrogan delicadamente y me vigilan. Creen que no conozco la compleja naturaleza de sus deseos.” (p. 9) Uno de ellos es San Juan; la identidad del otro no resulta tan clara, pues ningún nombre se menciona en la obra, ni tan siquiera el del Hijo de Dios. En poco más de un centenar de páginas se desmitifica, se desteologiza, la vida de Jesucristo. Sus milagros difícilmente pueden tomarse como tales, como nada se parece ese líder de jóvenes bulliciosos, radicales, y alterados con aquel niño “que yo recordaba y del muchacho que parecía de lo más feliz por las mañanas cuando me acercaba y le hablaba al despuntar el día. Era bello entonces, y delicado, y estaba lleno de necesidades. Ahora nada en él era delicado; era un despliegue de masculinidad, completamente seguro de sí mismo y radiante, radiante como lo es la luz, de manera que no había nada de lo que pudiéramos hablar” (p. 62). 
Si analizamos los aspectos del punto de vista, tiempo y espacio, hemos de señalar que la obra es un monólogo en primera persona, en la novela el pensamiento de María va desde su presente en Éfeso a la rememorización de los recuerdos que tienen que ver con su hijo, «Recuerdo demasiado; soy como el aire de un día calmo que se mantiene inmóvil  y no deja que nada se escape. Del mismo modo que el mundo contiene la respiración, yo tengo mis recuerdos» (p. 12). Recuerda las primeras reuniones en su casa, “cuando mi hijo les pedía silencio y se dirigía a ellos como si fueran una multitud, su voz del todo falsa y el tono afectado…” (p. 24); tal vez si ella hubiera actuado con firmeza se hubieran podido cortar los desvaríos de su hijo y ahora estaría vivo. También estaría su esposo, a quien tanto echa de menos; ahora una silla olvidada en un rincón recuerda los tiempos felices cuando eran una familia. No permite que nadie se siente en ella, e incluso amenaza con un cuchillo a esos dos “protectores” cuando uno de ellos pretende sentarse en el imaginario trono de quien fuera el verdadero dueño de la casa. Es el dolor de una madre que recuerda cuando amamantaba a su hijo, o le cogía la mano por la noche para calmar sus pesadillas, la que se va desgranando pasaje a pasaje. 
Recuerda los momentos más importantes del Nuevo testamento pero a través de sus ojos, en la que se menciona a los seguidores de su hijo como unos fanáticos que lo llevan a un final terrible y contra quienes se muestra encolerizada porque son los que han causado el dolor y la muerte a su ser más querido. Así rememora la resurrección de Lázaro como un ser más cercano a un monstruo quien atemoriza a todos, las bodas de Canaa, donde ella no puede estar atenta al hecho milagroso puesto que la alarma de peligro que pende sobre su hijo es mucho más importante que todo lo demás. 
La historia va del presente al pasado centrándose en el momento y el lugar de la Pasión de Cristo, donde el autor nos presenta a esa madre sufriente, que ve anonadada cómo su hijo es llevado a rastras hacia el patíbulo y ella no puede menos que quejarse del dolor que le producen los zapatos frente al sufrimiento descarnado al que es sometido sus vástago. Y en ese momento surge uno de los temas más importantes de la obra, ella no se perdona el abandono de su hijo por miedo a su propio dolor, huye y no entierra a Jesús,  la humanización del personaje es total «Estuve allí.  Huí antes del final, pero si  queréis testigos, yo lo soy y os digo ahora, cuando afirmáis que redimió al mundo, que no valió la pena. No valió la pena» (p. 123)  Coim Tóibít ha sido valiente al desmitificar el mito y, de paso, proponer un mensaje hacia todo lo que se nos aparece como ilustre, sea religioso o no. Nos hace ver que todos tenemos un lado frágil que nos iguala a todos.

Y no se puede dejar de señalar el estilo de la prosa, un monólogo espléndido,  preciso, sin artificios, sin descripciones,  ni aspectos superfluos, con rotundidad, solo el dolor descarnado de una madre,  a través de la palabra se presenta el dolor sin ñoñerías ni palabras superfluas, el autor despoja el texto de cualquier sensiblería para dejar el sentimiento puro de una madre que se lamenta






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