©Joyce Ravid |
Biografía de Don DeLillo
Don
DeLillo es un escritor estadounidense nacido en Nueva York el
20 de noviembre de 1936. DeLillo, de origen italiano (su apellido procede del
apellido italiano Di Lillo), se crió en el Bronx. Se tituló en la Universidad
de Fordham, tras lo que se dedicó a trabajar como redactor para una agencia de
publicidad. Comenzó a escribir siendo un adolescente, gracias a un hábito de
lectura intensiva adquirido a lo largo de un empleo aburrido de vigilante de un
aparcamiento. Las obras psicologistas y posmodernas de DeLillo tienen reminiscencias
de otros escritores estadounidenses como Dos Passos o Kerouac, en un análisis
constante de la psicología del individuo frente a la opresión del poder
mediático y corporativo. Publicó varias novelas que fueron aceptadas
positivamente por la crítica pero no alcanzó notoriedad comercial hasta la
aparición de la que se considera su mejor obra, Submundo
(1997). En 1985 ya había obtenido el National Book Award
por Ruido de fondo, y en 1999 el Premio Jerusalem por el
conjunto de su obra. Además de novela, ha escrito varias obras teatrales y un
guión cinematográfico (Game 6, 2005),
que fue llevada al cine por Michael Hoffman y protagonizada por Michael Keaton
y Robert Downey Jr.
Don DeLillo, por Arévalo |
Libros de Don DeLillo
- · Cero K 2016
- · Fin de campo 2015
- · La Estrella de Ratner 2014
- · La calle Great Jones 2013
- · El ángel esmeralda 2012
- · Teatro 2011
- · Body Art 2010
- · Punto Omega 2010
- · El hombre del salto 2007 (2010)
- · Ruido de fondo 2006 (2009)
- · Contrapunto 2004
- · Cosmópolis 2003 (2009)
- · En las ruinas del futuro 2002
- · Submundo 1997 (2009)
- · Mao II 1991 (2008)
- · Libra 1988
- · Los nombres 1982 (2011)
- · Fascinación 1978 (2012)
- · Jugadores 1977
- · Americana 1971 (1999)
-
FUENTE: lecturalia.
Leyendo
este enlace encontrarás información sobre las 18 mejores novelas de Don de
Lillo, presentadas en el blog de Jack Moreno, un blog sobre recursos,
literatura y ciencia ficción. https://jackmoreno.com/2016/05/16/18-mejores-novelas-de-don-delillo/
UN APUNTE:
EFE: 11/09/2001 07:00 AM |
Antes de empezar a
hablar de la novela, daré tan solo unas cifras para poder tener un atisbo de la
magnitud de la tragedia:
El atentado del 11 de septiembre causó la muerte de 3,016 personas (incluyendo los 19 terroristas y a los 24 desaparecidos) y dejaron más de 6,000 heridos. Entre las más de 3,000 víctimas había personas de 80 nacionalidades distintas. Los restos del 40% de las personas que murieron en el atentado del 11 de septiembre de 2001 aún no han sido identificados.
EL HOMBRE DEL SALTO
DON DELILLO, 2007
- Nº de páginas: 296 págs.
- Encuadernación: Tapa blanda
- Editorial: SEIX BARRAL
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788432228186
Estamos ante una novela que no es fácil, podemos pensar que
por su temática el autor nos llevará hacia la emoción y la empatía y ocurre
todo lo contrario, es una novela fría, distante y que nos sorprende por la
lejanía de los personajes, pero que quizá aporta desde el punto de vista literario
una serie de aspectos interesantísimos. En
esta novela la forma y el fondo conectan perfectamente, así en ocasiones la
prosa de De Lillo se parece a la prosa repetitiva de los enfermos de Alzeimer
que escriben las redacciones para Lianne, así:
“Le contaría lo de Florence. Ella agarraría un cuchillo de
cortar carne y lo mataría.
Le contaría lo de Florence. Ella diría: “Cuando acabábamos de
volver a empezar en nuestros matrimonio”. Ella diría: “Cuando el terrorífico
día de los aviones había vuelto a unirnos. ¿Cómo ha podido el mismo terror?”.
Ella diría: “¿Cómo ha podido el mismo terror poner en peligro
todo ko que sentimos el uno por el otro, todo lo que he sentido durante estas
últimas semanas?”
Le contaría lo de Floirence. Ella diría: “Quiero conocerla”…
Estas repeticiones no son casuales el autor quiere relacionar
el caos vivido por los protagonistas con el caos en la mente de los ancianos que
escriben sus vivencias para reconstruir el olvido que va ganando terreno poco a
poco.
Pero después volveremos al estilo de la novela, ahora vamos a
ver de qué nos habla. La historia se inicia con el protagonista, Keith
Neudecker surgiendo de las cenizas y vagando por la zona cero, tras el atentado
de las Torres Gemelas de Nueva York, herido, cubierto de sangre (que
posteriormente sabremos que no era suya) y de polvo; con un maletín en sus
manos que no le pertenece y que ante el horror busca refugio en la madriguera, en
su familia, en lugar de ir a un hospital pide al camionero que lo ha recogido
que lo lleve a su hogar, un hogar roto meses antes, para reunirse con su
exmujer Lilian y su único hijo.
Pero la novela no nos habla del atentado terrorista, no centra nuestra atención en contarnos cómo
fueron los sucesos de día, sino en las consecuencias morales y existenciales
que han acarreado para EE:UU: y para el resto del mundo dicho atentado.
La atención de la novela está centrada en
la pareja, en Liliane y Keith y cómo son capaces y si es que lo son de superar
un suceso como el que les ha tocado vivir. Son dos personas cotidianas, con
trabajos, bien establecidos y con estudios, un nivel intelectual y económico
medio, sus vidas pasan sin sobresaltos, serían el reflejo del hombre moderno y
sobre todo del neoyorkino medio y que se ven sometidos a un hecho que descoloca
a toda una sociedad, el fuego y la sangre derramada han diluido el mundo de
comodidad tras el horror solo queda el silencio del otro. Así, la pareja viene a representar una metáfora de los estadounidenses,
y por extensión, de la mayor parte de los hombres occidentales contemporáneos:
con la capacidad crítica y reflexiva embotada; colocados en una esfera alejada
de la intimidad con los sucesos básicos de la existencia; situados en el ámbito
del simulacro existencial, de la brillante pantomima, de lo superficial y
consumible; y anestesiados ante el sacrificio, la capacidad de sufrimiento...
Así el TEMA de la obra sería la pérdida del sentido de la vida y su
reconstrucción. En realidad, lo que vemos es cómo un impacto tan duro cambia la
dirección de dos vidas poniendo a prueba su capacidad de comprensión. Es una
visión de la destrucción y el posterior intento de reconstrucción de las vidas
de unas personas que fueron fuertemente afectadas física y emocionalmente en la
tragedia del "11 S".
GESTACIÓN DE LA NOVELA:
Una de las imágenes, tras la caída
de las torres de Nueva York, en las que se inspiró Don DeLillo para escribir
'El hombre del salto' REUTERS
|
Desde principios de los años ’70, DeLillo hacía decir a sus
personajes que el territorio estadounidense ya no era seguro, que la muerte
filmada en directo y contemplada frente al televisor sería la única catarsis
cotidiana de los norteamericanos y que los terroristas terminarían por
apropiarse del modo de llamar la atención de los artistas conceptuales para
sacudir el inconsciente colectivo de la sociedad. Incluso había adivinado cuál
sería el perfecto objetivo para un atentado, en su novela Jugadores, una
operadora de Wall Street mira desde la ventana de su oficina el flamante World
Trade Center pensando: “Esas torres no parecen hechas para siempre; es como sise asomaran a su propia extinción”).
Sobre la gestación de la obra, cabría señalar unos cuantos
aspectos de interés, los críticos han
remarcado que DeLillo es un escritor profético, de hecho, lleva escribiendo sobre
el 11-S desde hace treinta años. Los terroristas han aparecido en sus novelas
desde Jugadores obra de 1977, DeLillo hacía decir a sus personajes
que el territorio estadounidense ya no era seguro, que la muerte filmada en
directo y contemplada frente al televisor sería la única catarsis cotidiana de
los norteamericanos y que los terroristas terminarían por apropiarse del modo
de llamar la atención de los artistas conceptuales para sacudir el inconsciente
colectivo de la sociedad. Incluso había adivinado cuál sería el perfecto
objetivo para un atentado. En su novela Jugadores,
mencionada anteriormente, una operadora de Wall Street mira desde la ventana de
su oficina el flamante World Trade Center pensando: “Esas torres no parecen hechas para siempre; es como si se asomaran a
su propia extinción” y durante una fiesta en un ático en la que la mujer
avista las Torres, un vecino comenta por casualidad: “Ese avión parece que vaya a estrellarse contra ellas”).
Cabría apuntar que De Lillo visitó la zona
devastada poco después de los ataques contra las Torres Gemelas, los civiles no
podían acceder allí sin un certificado de residencia, pero se coló a través de
las barricadas con su editor, que vivía muy cerca de la catástrofe. “Era un
paisaje gris, virtualmente vacío. Unas pocas personas daban vueltas
alrededor...”, recuerda DeLillo. Allí comenzó a gestarse la novela y lo que hizo que finalmente la escribiera fue una imagen: un
hombre, con traje y corbata, que arrastra un maletín a través de una tormenta
de humo y ceniza. No tenía nada más. Y entonces, unos días después se me
ocurrió que el maletín no era suyo. Esa fue la chispa, tal y como apunta en la
entrevista concedida poco después de publicarse la obra.
Pero tal y como he señalado al inicio lo que más me
interesa de la obra es su forma, y la manera en
la que el autor nos plantea la estructura y la prosa, en un mundo en el que el
caos reina y se han perdido todos los anclajes no es posible una narración
lineal, clara o limpia. Así no se puede hablar del infierno
ni de la nada. DeLillo lleva al lector por vericuetos temporales con saltos
hacia atrás y hacia delante, con diálogos en los que se mezclan los propios
pensamientos de los protagonistas con las conversaciones que mantienen con
otros personajes, con cambios constantes de personajes y situaciones...,
provocando en el lector una sensación real de desasosiego y extravío, de
laberinto narrativo inestable y poco coherente. Podría
decirse que toda la novela es una reflexión en forma de puzle sobre el
sentido de la vida y de la muerte en sus diferentes manifestaciones: de la vida
de los "jugadores", de los "terapeutas", de los
"marchantes", de los "esteta-intelectuales"; de la muerte
en el "suicidio", en el "martirio-terrorismo" o en la
"natural degradación."
Respecto a la ESTRUCTURA
también es interesante, la historia es circular que comienza en el momento en que el
hombre escapa de la torre y termina justo un minuto antes. El texto tiene tres partes en las
que se distribuyen catorce capítulos, más tres
breves capítulos en los que la figura central es Hammad, uno de los terroristas
suicidas, desde su adoctrinamiento hasta el instante en que el avión se
estrella contra la primera torre. Cada uno de los capítulos está configurado por una
sucesión de párrafos descriptivos de los personajes, con gran riqueza
narrativa, profunda poesía, comparaciones extrañas y metáforas insólitas.
Metáfora que se refleja en el TÍTULO de la obra El hombre del salto,
"Había un hombre colgando por encima de la calle, cabeza abajo. Llevaba un traje de ejecutivo, tenía una rodilla levantada y los brazos pegados al cuerpo (...) Le habían hablado de él, un artista callejero al que llamaban El Hombre del Salto".
Richard Drew |
Así como el artista del salto es un símbolo que recorre el libro entero, toda
la obra está cargada de esta simbología: la
camisa blanca que desciende y una sombra que cae son también dos fogonazos
instantáneos en la memoria de Keith mientras se precipitaba con tantos otros
hombres y mujeres aterrados por el impacto escaleras abajo. El póquer como
refugio, el azar como única fórmula de combatir el vacío. El Alzheimer como
forma de conocimiento. El maletín… los niños que otean el cielo buscando y
crean su leyenda particular del terrible terrorista a partir de la recreación
de su nombre. El maletín perdido, recobrado… El Haiku sobre Kioto, o los cuadros de Giorgio Morandi. DeLillo
es afecto a los símbolos y los utiliza con extrema maestría, siempre símbolos
de la vida moderna y, en este caso, de la catástrofe de la vida moderna.
De una forma
o de otra es una El hombre del salto es una novela intensa pero fría y con un
final que puede pecar de anticlimático pero que no olvidemos que no es un final
sino que nos lleva al principio en un círculo y con la camisa cayendo del
cielo.
Giorgio Morandi |
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