En la literatura, los personajes peculiares son frecuentes,
y en ocasiones, muy queridos. Una niña superoptimista, ¡qué envidia!,
otro que no quiere crecer, ¿y quien quiere?, una chica con trenzas
larguísimas, ¡preciosa! En la vida real, sin embargo, parecerse a
Pollyanna, Peter Pan o Rapunzel puede ser considerado una enfermedad,
o al menos, un síndrome (un conjunto de síntomas que no se
corresponden, necesariamente, con una única enfermedad). Algunos son
físicos y otros psicológicos, algunos están ya integrados en la
patología médicas y otros son nuevas acuñaciones, pero todos hacen la
vida del que los sufre bastante miserable.
- Síndrome de Rapunzel
Llamado así en honor a la protagonista de pelo largo de uno de los cuentos de
los Hermanos Grimm, hace referencia a un raro trastorno intestinal, del que
solo se conocen 25 casos , y que consiste en consiste en la formación de una
cola de pelo extendida desde estómago hacia intestino. ocurre en pacientes mujeres
jóvenes y niñas, con un trastorno de la personalidad, y suele
causar tricofagia (ingesta compulsiva de cabello).
- Síndrome de Huckleberry Finn
Bautizado como el personaje de la obra de Mark Twain "Las Aventuras de
Hucckleberry Finn", este síndrome psicológico se caracteriza por la
tendencia a eludir responsabilidades como niño, y a cambiar con frecuencia de
trabajo al llegar a la vida adulta. Los expertos aseguran que es un mecanismo
de defensa ligado al rechazo parenta, una
baja autoestima y síntomas de depresión en un sujeto inteligente.
- Síndrome de Otelo
También conocido como delirio celotípico o celos patológicos, se trata de un
trastorno delirante caracterizado por una preocupación excesiva e irracional
sobre la infidelidad de la pareja. El paciente, normalmente un hombre, está absolutamente convencido
de que su pareja le es infiel sin que exista motivo real que lo justifique.
Se trata de una auténtica encarnación de la actitud y pensamientos de Otelo
hacia Desdémona en la célebre obra de William Shakespeare.
- Síndrome de Pollyanna
Denominado así en referencia a la protagonista de una novela juvenil escrita
por la norteamericana Eleanor H. Porter y publicada en el año 1913, hace
referencia a la excesiva idealización de las situaciones y experiencias, así
como al exceso de amabilidad y a la tendencia a ver solo el lado bueno de las
cosas. En otras palabras,
se podría describir como un optimismo enfermizo y no ligado a los
acontecimientos de la realidad.
- Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas
Los pacientes que sufren este trastorno perciben alteraciones en la forma, tamaño y situación espacial de los objetos, así como distorsión de la imagen corporal -que les hacen sentirse más grandes o más pequeños- y del transcurso del tiempo. También se han asociado otras ilusiones visuales como palinopsia (imágenes múltiples), acromatopsia (no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras). Los científicos sospechan que el escritor Charles Lutwidge Dodgson, conocido bajo el pseudónimo de Lewis Carroll y afectado por migrañas, pudo sufrir este trastorno, de forma que las raras experiencias de la joven Alicia que protagonizaba sus historias fueran bien conocidas por su creador.
- Síndrome de Madame Bovary
También conocido como bovarismo, se define como un estado de insatisfacción
crónica de una persona, en planos afectivos y sociales,
producido por el contraste entre sus ilusiones -marcadas por cierta imaginación
y romanticismo- y la realidad, que suele frustrar las ambiciones vanas y
desmesuradas. El término fue utilizado por primera vez por el filósofo francés
Jules de Gaultier y alude a la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, en
concreto a la figura de su protagonista, Emma Bovary.
- Síndrome de Peter Pan
El
personaje: Peter Pan es el protagonista de la obra de teatro ‘Peter Pan,
el niño que no quería crecer’ de James Matthew Barrie, un niño que vive en el
Pais de Nunca Jamás, vive fantásticas aventuras, y nunca llega a la juventud.
El
síndrome: quizá sea el más conocido de todos los que veremos hoy aquí, mal
inevitable de la vida moderna, y que se caracteriza básicamente por la
inmadurez. Aunque ha sido aceptado por la psicología popular, no se corresponde
realmente con ninguna enfermedad ni trastorno.
- Síndrome de Dorian Gray
El
personaje: El protagonista de la novela de Oscar Wilde El retrato de Dorian
Gray vende su alma al diablo a cambio de no envejecer nunca.
El
síndrome: No está aceptado como condición médica, pero se conoce con este
nombre un trastorno dismórfico corporal en el que, el que lo sufre, se
obsesiona con sus supuestos defectos físicos y el envejecimiento.
- Síndrome de Pickwick
El
personaje: Joe Pickwick es un niño gordo y narcoléptico que aparece en la
primera novela de Charles Dickens, ‘Los papeles póstumos del club Pickwick’.
El
síndrome: conocido oficialmente como Síndrome de hipoventilación y obesidad, es
una afección de las personas obesas con una respiración deficiente, que se
traduce en somnolencia y dolores de cabeza.
- Síndrome de Munchausen
El
personaje: El protagonista de ‘Las sorprendentes aventuras del barón
Munchausen’ (de Rudolf Erich Raspe) se inspira en un personaje real: un oficial
de caballería alemán famoso por su capacidad de invención.
El
trastorno: Las personas con este síndrome, aunque sanas, tratan de convencer a
los demás de que no lo están, e incluso se producen autolesiones para
conseguirlo. A diferencia de los hipocondriacos, ellos realmente saben que no
están enfermos, pero buscan así conseguir atención.
- Síndrome de Cenicienta
El
personaje: la protagonista de este cuento de hadas tradicional (popularizado
por los hermanos Grimm) vive con una madrastra y unas hermanastras que le hacen
la vida imposible.
El
trastorno: lo sufren aquellos niños que se inventan historias exageradas
sobre como sus padres adoptivos o padrastros los maltratan. También existe el
Complejo de Cenicienta, que consiste en miedo a la independencia y deseo de ser
guiado por otros.
- Síndrome de Sthendhal
Este
no tiene su origen en un personaje literario, sino en un conocido escritor,
y es una enfermedad psicosomática que causa mareos y vértigo cuando uno
observa demasiada belleza artística.