Sin duda este Sant Jordi será especial, diferente, vista la imagen de cabecera no nos cabe duda que celebrar el Sant Jordi tal y como lo conocíamos será imposible, el distanciamniento social prescrito estos días hace imposible la celebración del día de Sant Jordi tal y como la conocemos: las riadas de personas caminando y achuchándose para conseguir un libro o una firma.
Es una fiesta tal especial, se unen el libro y una de las flores más hermosas, la rosa; en un tiempo de primavera que nos invita a salir a pasear y buscar ese libro que regalaremos a nuestros seres más queridos.
Este año será diferente, nos mandaremos rosas virtuales por wasaps y las videoconferencias serán múltiples, somos animales sociales, nos gusta comunicarnos, abrazarnos, tocarnos.
Será diferente pero lo seguiremos celebrando, es uno de mis días preferidos del año, colgaremos nuestras rosas en los balcones y esperaremos al día en que podremos salir a buscar y perdernos en las librerías, por ello os quiero recomendar algunas páginas en las que nos recomiendan los libros de Sant 2020.
El arte de la lectura es un libro lleno de libros, del crítico y escritor de arte David Trigg, editado por Phaidon. La obra repasa el papel que los libros han jugado en la historia del arte.
Igual que un libro cuenta una historia, cada libro que aparece en una
obra de arte forma parte de una imagen intrigante, interesante y única.
Los libros suelen simbolizar intelecto en los retratos, piedad en los
cuadros religiosos, meros objetos en bodegones e incluso ser puro
material en instalaciones contemporáneas. El volumen recoge 280 obras
desde esculturas clásicas y frescos a obras contemporáneas, de Rembrandt
a Wen Wu, pasando por Arcimboldo, Manet o Magritte entre otros.
Van Gogh creó esta conmovedora pintura poco después de morir su
padre y la terminó en un solo día. La Biblia está abierta por Isaías
53, donde se cuenta la historia del “siervo sufriente”. Representa la
forma que su progenitor, ministro de la iglesia reformada neerlandesa,
tenía de ver la vida. La novela amarilla es La alegría de vivir
(1884), de Zola, al que el pintor admiraba porque sus escritos
reflejaban la vida tal como era. El cuadro está depositado en el Museo
Van Gogh de Ámsterdam.
Mujeres desnudas y libros es una constante en los cuadros de
Vallotton. Mujeres leyendo sin ropa, sujetando un libro que acaban de
leer o en el instante de la lectura. Esa comunión entre ambas figuras se
percibe en lo íntimo de los retratos que Vallotton realizó. La mujer se
desnuda para el libro, para el saber. Los libros sustituyen a los
amantes y a los mirones. En Lectura abandonada observamos a una mujer que se abandona por completo a la lectura, una mujer contemporánea que existe para ella misma.
El libro representa ese romper cadenas, ese elemento antiguo pero
nuevo que en manos de la mujer transforma por completo la escena y la
Historia del Arte.
Arcimboldo es conocido por sus composiciones de caras a base de unir
fruta, vegetales y flores. Sin embargo su librero no goza de tanta
notoriedad. El librero de Arcimboldo se construye a través de los
libros. Libro con libro su cuerpo va tomando forma. Es como si el pintor
insinuara el poder constitutivo de los libros, su capacidad para
completarnos, desmontarnos y convertirnos en quienes somos.
Quizá lo más reseñable de la obra de Hockney sea precisamente que la
obra está realizada pintando con el dedo en un Iphone. La luz
fluorescente de un flexo incide directamente sobre los libros. Los rayos
de luz parecen una aureola que enmarca el libro situado sobre el
escritorio. A través de la ventana vemos una escalera negra sobre un
fondo morado que dramatiza el cielo. ¿A dónde va esa escalera que
asciende hacia el cielo? La escena es de una cotidianidad asombrosa, y
por eso, muy bella también. La representación de la vida de las cosas
cuando los humanos no estamos interactuando con ellos es una bonita
vuelta de tuerca al concepto de "naturaleza muerta".
Libro transformándose en mujer desnuda (Dalí, 1940)
El surrealismo dio numerosos cuadros con libros, sobre todo
bodegones. Quizá el más conocido sea el de Braque. En el cuadro de Dalí
vamos un paso más allá: si durante el siglo XIX se pintó a numerosas
mujeres sosteniendo libros y leyéndolos (pensemos en el anterior de
Vallotton) en el cuadro de Dalí el libro se convierte en mujer. La mujer
es equiparada al libro, al saber, a la imaginación e inspiración. La
mujer para Dalí es musa.
Óleo sobre lienzo, 146,5 × 114 cm. Musée d’Orsay, París. Crédito: Musée d’Orsay, Paris. Domino público.
Émile Zola fue amigo de juventud de Cézanne. Era aficionado a la pintura, en particular la de los pintores rechazados por la crítica oficial. En 1866 Zola alabó a Manet, diciendo que su camino le llevaría directo al Louvre. Manet, deseoso de manifestarle su reconocimiento por el activo apoyo que había manifestado a su arte, le propuso este retrato.El escritor posó para Manet en febrero de 1868.
Se representa al escritor sentado ante un escritorio. En la mano lleva un libro, posiblemente «L'Histoire des Peintres», de Charles Blanc.
El lienzo, aceptado en el Salón de París
del mismo año, contiene numerosos elementos anecdóticos y discretos que
revelan la amistad de los dos hombres, como la reproducción de la Olympia colgada de un muro, en la que la mirada de Victorine Meurent está ligeramente modificada en relación con el original para fijarse en Zola. Sobre la mesa del despacho se distingue el folleto azul celeste que el escritor había redactado para defender a Manet. Junto a él se ven libros, un tintero y otros utensilios, al modo de un bodegón. Junto a la Olympia aparece una estampa japonesa y Los borrachos o El triunfo de Baco de Velázquez y, a la izquierda, parte de un biombo también nipón.
El entendimiento entre los dos hombres, sin embargo, no duró mucho: cada vez más perplejo por la evolución impresionista que conoció el estilo de Manet, bien lejos del realismo que él apreciaba, Zola acabó por romper todo contacto.
Sintiendo como leer el siguiente volumen, de la
serie ”Landscapes and Beauties”, Utagawa Kuniyoshi, antes de 1861
(período Edo)
Impresión coloreada, dimensiones desconocidas, Museo
Nacional de Tokio. Crédito de la imagen: Tokio Museo Nacional. Dominio
público.
'Landscapes and Beauties'. Utagawa Kuniyosi. Antes de 1861. Período Edo.
El gran maestro de este género de grabados, llamados también “dibujos
flotantes”. trabajó en pleno surgimiento de la cultura popular en Japón,
con la aparición del teatro burlesco kabuki, alternativo al refinado No,
y una ingente demanda de libros ilustrados donde por primera vez el
texto se adapta a la imagen. El éxito de estas ilustraciones, origen del
manga, hizo que se independizaran de los libros hasta ser vendidas como estampas sueltas.
Rembrandt van Rijn. 'An Old Woman Reading'. 1655.
El lienzo corresponde a su época tardía y está depositado en el
castillo escocés de Drumlanrig. Son los años del Rembrandt más
emocional, del hombre liberado después de perderlo todo, esposa e hijos,
y la ruina económica. Mujer mayor leyendo representa a la
madre de su amigo y benefactor Jan Six. Llama la atención la luminosidad
que sale desde el corazón del libro y se refleja en el rostro. Es un
momento de gran intimidad. Observamos las manos de la anciana... parece
que leamos la Biblia con ella.
Obra maestra de la literatura distópica, El cuento de la criada
se ha convertido en un clásico moderno. Tres décadas más tarde,
Margaret Atwood recupera su icónico mundo y lo lleva hasta un final
dramático en esta impresionante secuela.
Quince años después de los acontecimientos narrados en El cuento de la criada,
el régimen teocrático de la República de Gilead se mantiene en pie,
pero está empezando a mostrar signos de descomposición. En este momento
crucial, las vidas de tres mujeres radicalmente diferentes convergen,
con resultados explosivos. Dos de ellas han crecido en lados opuestos de
la frontera: una en Gilead, como la hija privilegiada de un importante
Comandante, y otra en Canadá, donde se manifiesta en contra del régimen
mientras sigue por televisión las noticias de los horrores que allí
acontecen. Ambas pertenecen a la primera generación que va a alcanzar la
mayoría de edad desde que existe el nuevo orden, y sus testimonios
están trenzados con una tercera voz: la de una de las mujeres más
influyentes del sistema, que mueve los hilos del poder de manera
despiadada. Sus caminos acabarán por encontrarse, forzando a cada una de
ellas a colaborar, a enfrentarse consigo mismas y a decidir dónde
pondrán los límites en la lucha por sus ideales.
A medida que desarrolla estas tres voces, Margaret Atwood profundiza
en los recovecos más recónditos de Gilead, y logra, gracias a su
virtuosa capacidad para recrear un mundo nuevo, que Los testamentos sea una mezcla triunfal de suspense e ingenio.
Son
cuatro: Nati, Patri, Marga y Àngels. Son parientas, tienen diversos
grados de lo que la Administración y la medicina consideran
«discapacidad intelectual» y comparten un piso tutelado. Han pasado
buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y
rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son
mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las
condiciones de dominación que les ha tocado sufrir. La suya es la
Barcelona opresiva y bastarda: la ciudad de las okupas, la Plataforma de
Afectados por la Hipoteca, los ateneos anarquistas y el arte
políticamente correcto.
Esta es una novela radical en sus ideas,
en su forma y en su lenguaje. Una novela-grito, una novela politizadora
que cruza voces y textos: un fanzine que pone en jaque el sistema
neoliberal, las actas de una asamblea libertaria, las declaraciones ante
un juzgado que pretende esterilizar forzosamente a una de las
protagonistas, la novela autobiográfica que escribe una de ellas con la
técnica de la Lectura Fácil…
Este libro es un campo de batalla:
contra el heteropatriarcado monógamo y blanco, contra la retórica
institucional y capitalista, contra el activismo que usa los ropajes de
«lo alternativo» para apuntalar el statu quo. Pero es también una novela
que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo de y entre las mujeres,
la dignidad de quien es señalada con el estigma de la discapacidad y la
capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje. Es sobre todo un
retrato –visceral, vibrante, combativo y feminista– de la sociedad
contemporánea con la ciudad de Barcelona como escenario. Lectura fácil confirma
a Cristina Morales como una de las voces más potentes, creativas,
inconformistas e innovadoras de la literatura española actual. De ella
ha dicho la crítica:
«Una escritora exquisita y arriesgada que
posee una mirada única y punzante que la diferencia del resto de
propuestas literarias del momento» (María Jesús Espinosa de los
Monteros, Mercurio).
«Una fuerza de la naturaleza… La
escritura de Morales es poderosa y se coloca en las antípodas de la
corrección política» (Marta Sanz, ABC).
«Una de las voces más originales e impactantes de la literatura actual» (Xavi Ayén, La Vanguardia).
«La
genialidad de Cristina Morales es manifiesta, así como su intuición
para convertir Lectura fácil en una hilarante obra y en un hito de la
novela reciente en español» (Carlos Pardo, El País).
«Cristina Morales confirma un talento literario rotundo, desparpajado y, por momentos, deslumbrante» (Domingo Ródenas, El Periódico).
«Tan
incorrecta políticamente como divertida, tan transgresora como
desternillante, visceral, combativa, brutal y al mismo tiempo tierna»
(Rosa Martí, Esquire). En octubre de 2019, Lectura fácil fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa.
Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que
quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de
libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el
Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene,
menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe
ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto
«austeridad». Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos
son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha
escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.
Tras mucho tiempo sin apenas verse ni tratarse, Gabriel decide
llamar a sus hermanas y reunir a toda la familia para celebrar el 80
cumpleaños de la madre y tratar así de reparar los viejos rencores que
cada cual guarda en su corazón, y que los han distanciado durante tantos
años. Aurora, dulce y ecuánime, la confidente de todos y la única que
sabe hasta qué punto los demonios del pasado siguen tan vivos como
siempre, trata de disuadirlo, porque teme que el intento de
reconciliación agrave fatalmente los conflictos hasta ahora reprimidos.
Y, en efecto, la primera llamada de teléfono desata otras llamadas y
conversaciones, inocentes al principio y cada vez más enconadas, y de
ese modo iremos conociendo las vidas de Sonia, de Andrea, de Horacio, de
Aurora, del propio Gabriel y de la madre, y con ellas la historia
familiar, desde la infancia de los hijos hasta la actualidad. Tal como
temía Aurora, las antiguas querellas van reapareciendo como una lluvia
fina que amenaza con formar un poderoso cauce al límite del
desbordamiento. Entre Agosto e Hijos de un dios salvaje, Lluvia fina es la novela más trepidante de Luis Landero.
En 1954, el joven psiquiatra Germán Velázquez vuelve a España
para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de
Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince años en Suiza,
acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, Germán se
reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica,
inteligentísima, que le fascinó a los trece años, y conoce a una
auxiliar de enfermería, María Castejón, a la que doña Aurora enseñó a
leer y a escribir cuando era una niña. Germán, atraído por María, no
entiende el rechazo de ésta, y sospecha que su vida esconde muchos
secretos. El lector descubrirá su origen modesto como nieta del
jardinero del manicomio, sus años de criada en Madrid, su desdichada
historia de amor, a la par que los motivos por los que Germán ha
regresado a España. Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos
pasados, Germán y María quieren darse una oportunidad, pero viven en un
país humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el
puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.
Adelaida Falcón, una maestra caraqueña, fallece tras una larga
enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho años, no tiene a nadie y
vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la
existencia. Poco tiempo después del entierro, encuentra su casa tomada
por un grupo de mujeres a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta
de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman
«la hija de la española», ha muerto. Encima de la mesa del salón, una
carta le comunica que le han concedido el pasaporte español. Adelaida
solo tiene que deshacerse del cadáver que yace en el suelo y usurpar la
identidad de su vecina para huir del infierno. La hija de la española es el retrato de una mujer que escapa
de todos los estereotipos enfrentada a una situación extrema. Con su
primera novela, la periodista Karina Sainz Borgo, se ha convertido en la
gran noticia literaria del año.
Plena
de emoción y crudeza, Tatiana Ţîbuleac muestra una intensísima fuerza
narrativa en este brutal testimonio que conjuga el resentimiento, la
impotencia y la fragilidad de las relaciones maternofiliales. Una
poderosa novela que entrelaza la vida y la muerte en una apelación al
amor y al perdón. Uno de los grandes descubrimientos de la literatura
europea actual.
Aleksy aún recuerda el último verano que pasó
con su madre. Han transcurrido muchos años desde entonces, pero, cuando
su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al
bloqueo artístico que está sufriendo como pintor, Aleksy no tarda en
sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que
lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el
rencor, la tristeza, la rabia. ¿Cómo superar la desaparición de su
hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a
la enfermedad que la está consumiendo? Este es el relato de un verano de
reconciliación, de tres meses en los que madre e hijo por fin bajan las
armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de
hacer las paces entre sí y consigo mismos.
Domingo Villar Sello:Siruela Colección:Nuevos Tiempos 424 ISBN:978-84-17624-27-9 Código de almacén:7521424 Edición:11ª, 2020 Encuadernación:Rústica con solapas (Disponible en EPUB, Kindle) Páginas:712 Dimensiones:150 x 230 Tema:Novela policiaca y thriller Idioma de publicación:Español
La
hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar
donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra
orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan
sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el
muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.
Una
mañana de otoño, mientras la costa gallega se recupera de los estragos
de un temporal, el inspector Caldas recibe la visita de un hombre
alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida
familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de
cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.
Y aunque nada parezca
haber alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Leo Caldas pronto
comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las
superficies puede ocultar un fo
Una novela coral de voces femeninas, una saga de mujeres inolvidables
La abuela Mencía convalece junto a su nieta, Bea, que no quiere contar
lo que de verdad le duele. Éste es el inicio de El tiempo que nos une,
una novela coral de voces femeninas, una saga de mujeres con corazones
tan grandes que son capaces de albergar desde el amor más profundo hasta
el mayor de los sufrimientos. Entre las cinco protagonistas de la
historia los lazos familiares se entretejen hasta formar una red que a
veces atrapa, otras abraza y que, sobre todo, protege. Mencía, la
matriarca sabia y deslenguada; Lía, que siempre se queda; Flavia, que
vive en la ausencia; Inés, madre que sufre y amante que lamenta; y Bea,
la más joven, son personajes inolvidables, que callan secretos pero
gritan verdades, y que sienten y ríen y lloran.
Con delicadeza y precisión en el lenguaje, Alejandro Palomas construye
un universo femenino de relaciones y emociones que nos envuelve. Y es
que en El tiempo que nos une, como en la vida, pasan muchas cosas, pero
al final lo que importa es quién ha estado navegando a tu lado.
Una novela en la que toman la palabra mujeres y
hombres, fantasmas y mujeres de agua, nubes y setas, perros y corzos
que habitan en los Pirineos. Una zona de alta montaña y de frontera que,
más allá de la leyenda, conserva la memoria de siglos de lucha por la
supervivencia y de guerras fratricidas, pero que encarna también una
belleza a la que no le hacen falta muchos adjetivos.
Una recóndita ciénaga de Germania, donde los cuerpos
de cientos de prisioneros sacrificados a los dioses emergen a la
superficie siglos más tarde, devolviendo al presente el enigma de su
existencia. Un simulacro de campo de concentración construido por Hitler
para burlar las inspecciones de la Cruz Roja Internacional. Una
comunidad de robots abandonada que sigue anhelando el regreso de sus
creadores. Quince relatos que forman una constelación sorprendente, en
las orillas del tiempo: profecías y destinos subvertidos, ficciones tan
fabuladas que igualan en valor a la verdad, paradojas de la historia.
Una extraordinaria colección de relatos que nos transportan a mundos
exactos y distantes y que sin embargo conectan entre sí, oscilando entre
el presente, el pasado y el futuro.
Una escritora consagrada que trabaja en sus memorias
redescubre los viejos diarios de su primer año en Nueva York, a finales
de la década de 1970. Recién salida de un pueblo de Minnesota, sin
apenas dinero y con hambre de nuevas experiencias, se deslumbra por todo
lo que le ofrece la ciudad: su primer amor, los esbozos de su primera
novela, la escena literaria que se abre ante ella, y, sobre todo, la
obsesión por su vecina, una mujer joven que cada noche entona extraños
monólogos en su apartamento y que la protagonista anota febrilmente en
sus cuadernos. Conforme estas confesiones se vuelven más perturbadoras,
su interés por descubrir la verdad detrás de la puerta de al lado
también se intensifica. Cuarenta años después de aquello, esas notas y
diarios sirven a la escritora para reflexionar sobre temas como el paso
del tiempo, el deseo o el papel de la mujer en la sociedad, y para
constatar que son los recuerdos del pasado los que en gran medida
conforman quienes seremos en el futuro. Entre la metaliteratura y el feminismo, entre el thriller psicológico y el bildungsroman, Siri Hustvedt vuelve a cuestionar nuestras relaciones con la realidad, la capacidad del arte para cambiar nuestra percepción del mundo, los límites de la ficción y los enigmas de la personalidad y la memoria.
McEwan explora la ciencia ficción: ¿puede una máquina
llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de un
ser humano?
Londres, años ochenta del siglo pasado. Pero un Londres distópico y
alternativo, en el que la historia ha seguido algunos senderos
diferentes. Por ejemplo, el científico Alan Turing no se ha suicidado,
sino que sigue vivo y dedicado al desarrollo de la inteligencia
artificial. Y ha conseguido crear los primeros seres humanos sintéticos,
a los que da el nombre –según su sexo– de Adán y Eva. Charlie compra
uno de esos Adanes y, con ayuda de Miranda, su amante, lo programa a su
gusto. Pero Miranda oculta un terrible secreto, y ese ser sintético
prácticamente perfecto, sin las fisuras pero también sin los matices
morales de los verdaderos humanos, acabará descubriéndolo. Y así, la
peculiar relación entre Charlie, Miranda y Adán derivará en una
creciente tensión y arrastrará al lector a plantearse dilemas morales
tan incómodos como necesarios.
Aixa de la Cruz firma una adictiva y brutal crónica
en primera persona sobre su paso a la treintena.Cambiar de idea es un
giro radical en la escritura de su autora, un punto de inflexión idóneo
para reflexionar sobre el paso a la edad adulta.«He tardado diez años de
lecturas, y fiestas, y conversaciones con las mejores mentes de mi
época en entender que el avatar de hombre es el traje nuevo del
emperador […]. Mi propio y escasísimo caché como mujer que escribe se ha
desmoronado desde que dejé de escribir como los chicos: con voces
falsamente neutrales, con personajes que pasan de puntillas por su
género y se hermanan desde la hiperviolencia y las parafilias. Eso es lo
que los editores que no publican a mujeres quieren que escribamos las
mujeres. Los editores que no publican a mujeres andan locos por publicar
a mujeres que escriban de una determinada manera, para refrendar que
la subjetividad masculina es la subjetividad universal. Sus
autores pueden ser sentimentales e intimistas, pero sus autoras
siempre estarán estancadas en la impostura de lo masculino.»A punto
de cumplir los treinta, Aixa de la Cruz pone en marcha la escritura
de unas memorias que recorren algunos de los momentos más significativos
de su vida.
Alicia y Matty se conocen en un pequeño pueblo del sur de
Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos, tienen eso que
algunos llaman éxito: una casa, una carrera, un buen trabajo, un buen
coche. Ella ha dejado atrás a su familia, sus amigos, su vida en Euskadi
y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria; él ha alcanzado
esa forma de felicidad estable que crean las rutinas. Pero poco a poco
se irán desvelando las mentiras y perversiones que se esconden detrás de
la vida perfecta, también las múltiples maneras en las que el amor se
confunde con sus imposturas. Los personajes de esta novela se mueven en
un mundo de soledades compartidas en el que la violencia y el abuso se
disimulan en silencio y se producen en espacios supuestamente seguros
como la propia casa o la universidad. Alicia intenta adaptarse,
encontrar su hueco en este mundo y llevar una vida feliz con Matty, pero
el precio que paga es demasiado alto. En la distancia entre la realidad
y el deseo de Alicia van creciendo nuevas violencias, que quizá no
siempre estallan en puñetazos pero que van colonizando su vida,
desgastándola paulatinamente. Llega el día, sin embargo, en que Alicia
no se reconoce en esa realidad y se atreve a cambiarla, asumiendo las
consecuencias.