martes, 12 de mayo de 2020

LA NOVELA POLICÍACA. INTRODUCCIÓN AL GÉNERO



El género policial es un producto del tiempo que lo vio nacer. Ciertos cambios sociales, culturales y económicos propios de la modernidad hicieron del crimen un tema de interés, y de la lectura una práctica accesible: nuevas formas de comunicación y de transporte, el movimiento de grandes masas sociales desde el campo hacia las ciudades y la consecuente explosión de las urbes, que no dieron abasto para afrontar un crecimiento tan brusco, son elementos estrechamente vinculados con el relato policial. La nueva cultura urbana será el espacio propicio para las historias de crímenes e investigaciones.
Los cuentos y novelas policiales están ligados a la cultura popular, masiva. Si bien ciertos movimientos posteriores reivindican el lugar de los policiales en el contexto de la literatura legitima. o que pasó la prueba de su canonización como alta literatura, su origen está relacionado con la lectura rápida, casual, distendida, como pasatiempo y, sobre todo, a la que puede accederse por muy poco dinero. Todo esto colocó a los relatos policiales, inicialmente, en un lugar de desprestigio.

Los relatos policiales se distinguen por una serie de elementos compositivos recurrentes, sobre los que después se operan diversas variantes. El crimen o enigma como eje en torno al cual se desarrolla la trama, el tipo de personajes que orbita. en torno al problema, la doble estructura narrativa que se despliega en el texto son tres cuestiones clave para pensar el relato policial. Veamos con mayor detalle cuáles son los rasgos que definen, narrativamente, los relatos policiales.

Estructura narrativa

El relato policial en sí mismo se centra en la narración de un proceso de investigación que lleva adelante el protagonista –que puede o no ser narrador–, quien debe precisamente responder al interrogante que abre la presencia del delito al comienzo del texto: ¿qué pasó?.
Como resultado de este conflicto inicial –que es además el de mayor importancia–, en el primer suceso del primer episodio del texto se llegará a la explicación del delito mediante la narración de los hechos que culminaron en el crimen. Por lo tanto, estas dos historias que terminamos leyendo en una misma lectura se suceden en orden inverso: donde termina una –en su resolución: el asesinato, el robo o el delito de que se trate– empieza la otra –investigar y dar una explicación al hecho delictivo. La ilustración de más abajo puede explicar esta estructura narrativa.

En el nudo de la historia se plantean múltiples interrogantes a resolver. 

La complicación central de los relatos policiales es la resolución del hecho que se busca explicar: qué fue lo que pasó y que terminó en algún tipo de conducta delictiva. Cuando el protagonista  al final de su trabajo de develación, toma la palabra y cuenta. la historia completa del crimen. En síntesis, hay dos narraciones que se suceden temporal y causalmente pero que se cuentan invertidas.



Narrador

La narración que aparece en boca del detective o policía al final del relato se acerca formalmente mucho más a un texto expositivo que a uno de tipo narrativo. También en este caso nos permite decir que la historia que cuenta el detective al final –donde la secuencia narrativa es predominante– es también explicativa, ya que permite responder a un interrogante o problema a través de una serie de razones que siguen un orden causal y lógico.
El protagonista del relato policial, como veremos más abajo, es precisamente un investigador, y, como tal, sigue de manera más o menos rigurosa los mismos métodos que puede seguir cualquier científico a la hora de pensar en un enigma de la ciencia: un médico, un antropólogo, un geógrafo, todos se guían por pistas que les permiten deducir la parte de información que falta, hacer hipótesis, descartarlas o validarlas y, de ese modo, presentar  una respuesta al menos provisional para un problema.
La narración que el investigador ofrece al final del texto policial tiene rasgos, por lo tanto, propios de un texto expositivo-explicativo, ya que hace explícitas la relaciones causales entre los hechos que dan cuenta del enigma que le tocó enfrentar y, a medida que avanza en su trabajo, procede por construcción y validación/refutación de hipótesis. El crimen es un problema ante el que el texto del investigador ofrece una explicación. 

Personajes

 Como todo texto que sigue una serie de convenciones formales propias de un género –en este caso, el policial–, también los modelos de personaje son recurrentes.
En términos generales, podemos señalar que los personajes de estos relatos se presentan en una perspectiva antitética:

1. Por una parte, el tipo de personaje que busca restaurar un cierto orden alterado de algún modo, es decir, el policía, el detective o el inspector, protagonistas de la historia en tanto son comúnmente el foco desde donde se narran los hechos.

2. Por otra parte –en un juego de oposiciones–, algún personaje debe ser quien altera previamente el orden que el investigador o el policía buscan restaurar; esto es: el (o los) responsables del crimen, quien permanece oculto hasta el final de la historia. El asesino, el ladrón, el estafador, el espía, o cualquier otro personaje que encarne el lugar del mal y del caos, forma una pareja antitética con el representante de la ley y el orden.


3.  De manera colateral en esta relación, pero igualmente importante, aparecen los sospechosos, personajes centrales en relación con el clima propio del policial: el suspenso. Los sospechosos entran en el texto aunque más no sea a través de la voz del investigador, ya que este, al sopesar sus diversas hipótesis a lo largo de la investigación, hace referencia sucesiva a los posibles culpables. Pero su función narrativa, como ya se dijo, es contribuir a la construcción de un clima tenso, confuso, que solo se vuelve ¯transparente. para el lector al final de la trama.

Por lo general, todos estos personajes son tipos, lo que quiere decir que tienen caracteres bien definidos y no evolucionan a lo largo del relato, ya que sirven para que la trama avance. De todos modos, cuanto más cuidadoso sea el escritor con su producción, más trabajo pondrá en este tipo de personajes considerados menores. Un elemento central a tener en cuenta es que el hilo conductor que pone en relación a todos los personajes del texto, incluida la víctima, por supuesto, es el crimen. El crimen es el elemento que centra personajes y acciones, ya que todo lo que sucede en un relato policial gira en torno a estos componentes.
Por supuesto, cada una de las líneas del relato policial   tiene sus particularidades en cuanto a estos personajes clave. Por ejemplo, el investigador o policía, en un caso, en el policial clásico, es un ser puramente cerebral, que puede resolver los enigmas sin siquiera salir de su casa, evaluando simplemente los indicios que tiene a su disposición. En este sentido, se presenta menos dispuesto a mezclarse. con el mundo del delito, los límites están claramente demarcados. Sin embargo, en el caso del policial negro, el investigador o policía solo logra develar el crimen luego de mucho trabajo, y sus tareas implican desplazamientos, lo obligan a salir de su oficina para entrar en contacto con los bajos mundos del crimen. De otro modo, si permanece fuera, no puede acceder a la información que necesita para comprender lo que sucede. A la hora de enfrentarse con el crimen, por lo tanto, solo cuenta con sus propios valores, que a menudo se confunden con los del hampa. Es más, el investigador o policía en los relatos de este tipo puede ir y venir entre un mundo y otro, y es muy común que la figura de una femme fatale funcione como vaso comunicante entre los dos universos.

El ambiente

  Los ambientes, por lo tanto, también tiene sus particularidades entre un tipo y otro de relato, y son coherentes con el modelo de personaje que protagoniza el texto. Si bien en ambos casos el marco está dado por espacios urbanos –el crimen aparece históricamente como un problema cuando crecen las ciudades–, en los primeros relatos el crimen ocurría en espacios interiores, en cuartos cerrados; mientras que en el policial negro la violencia se desata en las calles, ante la sorpresa o indiferencia de los posibles testigos, y los espacios cerrados son preferentemente los bares y cabarets del bajo fondo.

Los espacios de la novela policiaca clásica son cerrados.


Fuente: www.educ.ar Podestá, Paula (coordinadora), Britos, Valeria (tutora), Gomel, Andrés – Serpa, Cecilia (responsables de contenido) “Literatura y medios: puentes entre lo analógico y lo digital. En: Módulo 3: El género policial: literatura y cine”. Educ.ar. Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación.
[Consulta disponible febrero 2013]
 Fuente: Negra y criminal [Consulta disponible febrero 2013]

La novela policíaca: tipos diferentes

La novela negra, policíaca o de suspense tiene muchos lectores y seguidores fieles. Además de la novela romántica, el género policíaco es el que más vende desde siempre, pero últimamente con el boom de escritores nórdicos y franceses muy buenos, que se están ganando los primeros puestos en las listas de superventas, la novela negra se ha convertido en el best seller de las librerías, resurgiendo con gran fuerza. Pero el género policíaco puede dividirse en distintos tipos según el enfoque de la trama, el tipo de personajes y la estructura. Aquí os dejo cinco estilos diferentes de escribir novela policíaca por si os sirve de ayuda si estáis trabajando en un manuscrito de este género:



La novela de enigma

Se trata de una novela policíaca en la que la evolución novelesca de la trama va del misterio a la explicación del misterio; de un crimen a la revelación del culpable de dicho crimen, dando un rodeo con la investigación del detective que demuestra sus dotes de observación y deducción. Concebido en los años 1920-1930 como un juego intelectual entre el autor y el lector. Este tipo de novela de enigma se ha llamado también novela-problema



La novela negra

Al contrario del universo más convencional, lúdico y policial de la novela de intriga, la novela negra que nace en EE.UU. en la década de 1920, lo que busca es dar cuenta de la realidad social del país :gansters, corrupción, política y policial, el poder del dinero, la utilización de la violencia…Los detectives “duros de pelar” al estilo de Philippe Marlow son su representación más emblemática y lo han seguido siendo mucho después con las nuevas generaciones de escritores de novela negra.

Las características principales de la novela negra norteamericana son:
 -Narración en primera persona
-Lenguaje coloquial, sin eufemismos.
-El detective a veces infringe la ley, y los criminales son     criminalmente honrados, pretenden serlo.
-Filosofía vital, y en ocasiones, nihilista del detective.
-Perdida de importancia del proceso de identificación de un culpable.



La novela policíaca

En este tipo de novela, el autor intenta poner en escena de la manera más realista posible las investigaciones criminales por medio de personajes de policías y detectives profesionales respetando las formas habituales de la investigación criminal.


La novela de suspense

Mientras que la novela de enigma y la novela negra son novelas con un detective como personaje principal, la novela de suspense se podría definir como la novela de “la víctima”.
Esto es así porque en este tipo de novelas, el autor pone a un personaje en situación de peligro o se ve envuelto en una maquinación o complot. El autor juega maquiavélicamente a ir a contracorriente y a incrementar la tensión dramática, creando expectativa y la precipitación de los acontecimientos. La característica principal de este tipo de novelas policíaca es su tempo que va en aumento, más rápido, febril y frenético por momentos.

FUENTE: La novela policíaca: cinco tipos diferentes 25 junio, 2015 | by 



 

lunes, 11 de mayo de 2020

HUMOR Y NOVELA POLICIACA





Fuente: Blog LIBRO DE OLETHROS. 



EL PROBLEMA DE LAS DENOMINACIONES



¿
Qué es una novela negra? ¿Y una novela problema? ¿Estamos ante géneros diferentes? En primer lugar debemos tener bien claro de qué estamos hablando, en qué terrenos nos movemos. Pues bien, estamos ante el mundo de las novelas policíacas, novelas que giran en torno a un crimen. Sin embargo, dentro del género policíaco podemos establecer diferentes categorías que marcan diferencias dentro del género. Las divisiones que se han propuesto sobre el género son variadas(1). Se ha hablado de novela problema, novela policial clásica, novela enigma, novela negra, novela polar, novela neo-polar, thriller… Algunos son sinónimos entre sí y otros se adjudican a especies distintas. Todo ello da lugar a confusiones. Un repaso por su evolución aclarará los términos .


En sus inicios con autores como Poe, Conan Doyle, fundamentalmente, hablamos de la novela policial clásica o de enigma. Esta etapa contiene las reglas que lo fundan. Es la novela de enigma que surge desde el crimen pero que pone el acento en el despliegue racional ejecutado por el policía. Hay una búsqueda de la verdad con un método racional. Los enigmas se resuelven a través del método de investigación seguido por el detective, que se convierte así en el héroe moderno, restituidor del orden. Lo importante es resolver el crimen y cómo lo consigue resolver. El crimen está rodeado de pistas que ayudarán a la resolución.  


Características de la novela problema:
· el investigador inteligente,
· el problema aparentemente insoluble
·  la solución racional en las páginas finales que excluye elementos sobrenaturales.
· La violencia apenas existe.

En la segunda década del siglo XX asistimos a un agotamiento temático y estructural. Pero para explicar el surgimiento de la novela negra debemos atender también al contexto histórico. La situación que se da en EEUU con la 1ª Guerra Mundial, el crack del 29, la Ley Seca, el desarrollo de las mafias y la corrupción de instituciones estatales favorece el nacimiento de la novela negra en los conocidos Pulps, revista de pésima calidad por su impresión defectuosa y presentación sensacionalista, de muy bajo costo y que llegaba a todo el país. Su mejor época fue de 1920 a 1940. La revista Black Mask (donde publicó sus relatos Dashiell Hammett) apareció en los años 20 impulsando este género. Ahora, el detective es un personaje falible, que se ve afectado por el enemigo, que está bajo presiones sociales y que revelerá no sólo las verdades circunstanciales, sino también las humanas.

Estas revistas consagran la palabra detective como adjetivo del género: detective tales, detective fiction… Sin embargo, aunque utilicen distintos nombres para el género, el estilo con el que escriben suele llamarse hard boiled, aunque esto hace referencia más al lenguaje que al tema. La transformación del personaje del detective ahora como un
ser falible y duro modifica sustancialmente el relato policial clásico. Si antes el foco se situaba en el proceso mental y lógico para la resolución de misterios que obligaba al detective a mirar atrás, ahora se produce una sustitución esa retrospección a favor de la prospección. El crimen ocupa ahora un lugar privilegiado y es el reflejo de la sociedad. Hay sangre y violencia. El foco ya no se centra en la resolución del enigma, se centra en el crimen. Se ha pasado del cómo al por qué. Ha pasado de ser un entretenimiento matemático a un entretenimiento literario. Importa cómo esté narrada. La gran mayoría se dedicó a este tipo de novela que le permitía volver a la exploración humana.
1 Todorov hace una sencilla clasificación de la narrativa policial: novela de enigma, novela de suspense y novela negra
FUENTE:
Ob. Cit.: El Canon de la novela negra y policíaca. Juan José Galán Herrera.
[Consulta disponible febrero 2013]
 Fuente: quedelejos.blogspot.com.es/[Consulta disponible febrero 2013]

 ¿Por qué novela negra?
 El apelativo de “negra” se debió por un lado a los ambientes oscuros que reflejaban, pero sobre todo a que aquellos relatos se publicaron por primera vez en la revista Black Mask, creada en 1920 por H. L. Mencken y George Jean Nathan y en la Série Noire de la editorial francesa Gallimard nacida en 1945. Aquellas novelas marcaron un antes y un después en la forma de narrar el crimen. 
Estas novelas como podemos ver en la ilustración tenían las tapas de color negro y de ahí el título.

EDGAR ALLAN POE: CREADOR DE LA NOVELA ENIGMA

EL CREADOR DEL GÉNERO: EDGAR ALLAN POE


E

dgar Allan Poe, nació el 19 de enero de 1809 en Boston,
Estados Unidos,  y falleció en Baltimore el 7 de octubre de 1849, fue uno de los primeros practicantes del relato corto y renovador de la novela gótica, triunfando con sus cuentos de terror. Sus padres murieron cuando él era pequeño y fue educado por John Allan. En 1827 viajó a Boston y publicó su primer libro, Tamerlán y otros poemas.  Luego permaneció dos años en el ejército y en 1829 apareció su segundo libro de poemas: Al Aaraf.


Obtuvo un puesto en la Academia Militar de West Point, de la cual fue expulsado poco tiempo después por negligencia en el cumplimiento del deber.
Después de la publicación de su tercer libro de poemas, en 1832, se mudó a Baltimore y se casó con su prima, Virginia Clem. Entró como redactor en un periódico y pronto su vida se estabilizó.

VIRGINIA CLEM
Su esposa murió en 1847 por culpa de una amarga enfermedad y él agravó su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas. Ambas fueron, muy probablemente, la causa de su muerte, la cual es uno de los grandes misterios de la literatura.

Entre sus poemas más famosos figuran  Leonore en 1831,"El cuervo" en 1845,  Annabel Lee en 1849 y Las campanas en 1849. Su mayor producción literaria está contenida en numerosos cuentos y novelas de corte policíaco que lo llevaron a la fama.

La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la literatura de  su país y puede decirse que de todo el mundo. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa y, a través de ésta, en el surrealismo, pero su impronta llega mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana y, en mayor o menor medida, autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski, Franz Kafka, H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Thomas Mann, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, etc.

Poe hizo incursiones asimismo en campos tan dispares como la cosmología y la criptografía. Su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular a través de la literatura, la música, tanto moderna como clásica, el cine (por ejemplo, las muchas adaptaciones de sus relatos realizadas por el director estadounidense Roger Corman), el cómic, la pintura (varias obras de Gustave Doré, v. gr.) y la televisión (cientos de adaptaciones, como las españolas para la serie Historias para no dormir)


Poe, creador del detective
 Los antecedentes más cercanos de la novela policiaca los encontramos norteamericano Edgar Allan Poe, quien sentó los cimientos del género policial clásico –o novela problema-. Como dice Jorge Luis Borges: “Hablar del relato policial es hablar de Edgar Allan Poe, que inventó el género”(1). Escribió tres relatos policiales Los crímenes de la calle Morgue, La carta robada y El misterio de Marie Roge. Estamos ante un género que nace ligado a la narración breve o al cuento y no a la novela. 
Poe creó el personaje de Dupin, investigador, un razonador lógico, inteligente, infalible, que se vale de toda la información que le llega sin mayor esfuerzo y la analiza desde su apacible residencia. Utiliza sólo la razón y la ciencia, sin necesitar de los grandes medios de la policía para la resolución de los casos. El recinto cerrado y el detective analítico pasarán a formar parte de los posteriores relatos. El mundo que aparece es el de las clases altas y las mansiones lujosas. El comienzo de Los crímenes de la calle Morgue resulta revelador:

Las condiciones mentales que suelen considerase como analíticas, son en sí mismas, poco susceptibles de análisis. Las consideramos tan sólo por sus efectos. De ellas sabemos, entre otras cosas, que son siempre, para el que las posee, cuando se poseen en grado extraordinario. Del mismo modo que el hombre fuerte disfruta con su habilidad física, deleitándose en ciertos ejercicios que ponen sus músculos en acción, el analista goza con esa actividad intelectual que se ejerce en el hecho de desentrañar. Consigue satisfacción hasta de las más triviales ocupaciones que ponen en juego su talento. Se desvive por los enigmas, acertijos y jeroglíficos, y en cada una de las soluciones muestra un sentido de agudeza que parece al vulgo una penetración sobrenatural(2).”
 1) Jorge Luis Borges, Obras Completas, Vol. IV, Buenos Aires, Emecé, 1996. p. 189.
 (2) Edgar Allan Poe, Historias Extraordinarias. Poemas, Traducción, selección y prólogo de Diego Navarro, Plaza y Janés, Barcelona, 1973, p. 75.

Los crímenes de la calle Morgue, 1841



La historia narrada en este relato gira en torno al brutal asesinato de Madame l´´Espanaye y su hija Mademoiselle Camilla, un crimen cometido en un piso ubicado en la rue Morgue, una frecuentada calle parisina. En un principio, las investigaciones policiales parecen fracasar, aún cuando las personas que prestaron su testimonio intentaron aportar pistas de interés para esclarecer este macabro episodio que, como era de esperarse, no tardó en convertirse en noticia.
Sin embargo, el panorama desalentador cambia de rumbo una vez que Monsieur C. Auguste Dupin, un detective aficionado, comienza a buscar indicios y a relacionar datos con el fin de develar este misterio,  es así como, con ingenio y sagacidad, llega a ofrecer una extraordinaria explicación que, finalmente, demuestra que el el responsable de los crímenes no puede ser, bajo ninguna circunstancia, un humano.
Auguste Dupin, realizando una inteligente maniobra, en una ilustración de The Purloined Letter (1844).
Cabe destacar que, antes de pasar a contar la trama de “Los crímenes de la calle Morgue”, Poe dedica varios párrafos a aquellas facultades mentales que suelen considerarse como analíticas y, a partir de entonces, comienza a narrar en primera persona, el primer encuentro en París con Dupin, a quien describe como un joven perteneciente a una ilustre familia que, por diversos motivos, se había sumido en la pobreza.






El misterio de Marie Rogêt, 1842, 1843 



El misterio de Marie Rogêt  publicado por primera vez en la revista Ladies' Companion en tres episodios: noviembre y diciembre de 1842, y febrero de 1843.
Es la segunda narración en la que aparece el detective Auguste Dupin. Está basado en la tragedia real de Mary Cecilia Rogers sucedida en Nueva York. En el relato la asesinada cambia su nombre al de Marie Roget y Poe convierte Nueva York en París. Mary Rogers era una atractiva vendedora de cigarrillos y su crimen nunca fue resuelto del todo, en el caso de Marie Roget, el personaje "ficticio", se sugiere que el asesino era un marinero desechándose asimismo la especulación de la policía respecto de que Marie fuera víctima de una pandilla; sin embargo, el mismo Poe evita anunciar que acaso haya resuelto el caso de la vida real aunque algunos contemporáneos suyos vieron en el relato precisamente ello, un intento de mayor notoriedad por parte del escritor norteamericano al buscar dar solución al crímen de Mary Rogers.

El escarabajo de oro, 1843

 El escarabajo de oro  publicado por primera vez en junio de 1843, en el Philadelphia Dollar Newspaper.  Su lenguaje es sencillo pero con muchas alusiones a obras de otros autores, a citas de autoridad, y un criptograma.

La carta robada, 1844

 La carta robada  publicado por primera vez en diciembre de 1844 en The Gift. Más tarde se reprodujo en numerosos periódicos y revistas.
Es la última de las tres historias protagonizadas por el detective Auguste Dupin. La trama consiste en que se ha perdido una carta que puede perjudicar a su dueño, a quien iba dirigida, si cae en malas manos. El prefecto de la policía parisiense, al ver que no puede resolver el misterio, decide pedir ayuda a Dupin, pues sabe quién la ha robado pero no dónde la ha escondido el audaz ladrón.